La Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, ha dado la voz de alarma ante la difícil situación de desplazados centroafricanos huidos al sur del Chad desde el año pasado. En la actualidad 632.000 personas se encuentran al refugio de la agencia en todo el territorio, pero la situación es especialmente delicada en los alrededores de la ciudad de Goré, una de las zonas más pobres y subdesarrolladas del país, debido a la escasez de alimentos y al aumento de los precios.
Las reservas de comida -tanto a escala familiar como comunitario- están prácticamente agotadas, debido a las importantes inundaciones y su impacto sobre las cosechas. La próxima recogida no se realizará hasta noviembre. Una situación que agudiza los niveles de malnutrición entre los refugiados, especialmente entre los niños.
Ante la situación de escasez muchos refugiados se han visto obligados a buscar alimentos en la República Centroafricana. Desde diciembre, 15 refugiados de África Central han sido asesinados en ambos lados de la frontera y al menos 67 han sido víctimas de violencia sexual y de género.
Enfrentamientos armados
A finales de 2017, enfrentamientos entre grupos armados en el noroeste de la República Centroafricana (RCA) provocaron la huida de más de 22.000 personas a la vecina República del Chad. Los refugiados se han instalado en más de 40 pueblos y 4 campamentos en los alrededores de Goré, en un área que ya acoge a unos 43.000 refugiados de África Central y a 45.000 repatriados de Chad procedentes de la República Centroafricana.
La oficina de ACNUR estima que necesitaría este año 121 millones de euros para satisfacer las necesidades urgentes de las personas refugiadas en Chad y garantizar alimentos, refugio y acceso a atención médica. Sin embargo, hasta el momento sólo ha recibido el 2% de esta cantidad.
Con la estación de lluvias acercándose rápidamente, la necesidad de alojamientos supone una urgencia adicional, 16.520 refugiados se encuentran en pueblos que les dan acogida cerca de la frontera. Asimismo, se hace hincapié en la urgencia de disponer de más clínicas móviles, para poder asistir al gran número de víctimas afectadas por infecciones respiratorias, malaria y otras enfermedades.
En la actualidad, la situación en el inestable noroeste de la República Centroafricana está en calma, pero se teme que nuevos episodios de violencia generen nuevos desplazados hacia Chad.
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