el DiarioSolidario
El número de cooperantes asesinados aumentó un 23 por ciento en 2017 con respecto al año anterior, según un nuevo informe publicado por el grupo de investigación independiente Humanitarian Outcomes en el que además, coloca a Sudán del Sur, por tercer año consecutivo, como el país más peligroso del mundo para las personas que realizan trabajos humanitarios.
El informe cifra en 139 los cooperantes que murieron asesinados y en 313 los trabajadores humanitarios que fueron víctimas de ataques en 22 países. Solo en cuatro de ellos, Sudán del Sur, Siria, Afganistán y República Centroafricana, se produjeron dos tercios de los 158 grandes incidentes registrados en el Informe sobre la Seguridad de los Cooperantes.
La mayor parte de los ataques sucedieron en lugares donde las organizaciones de ayuda tenían un acceso limitado a la población civil, por lo que nueve de cada diez víctimas eran trabajadores del propio país. En declaraciones para Thomson Reuters Foundation, Abby Stoddard, una de las autoras del informe «los grupos locales están asumiendo el mayor riesgo en los conflictos».
Secuestros
Sudán del Sur se ha convertido en el lugar más peligroso para realizar tareas humanitarias. El país ha experimentado un altísimo incremento de secuestros, pasando de dos en 2015 a 36 el año pasado. Los secuestradores ya no buscan tanto obtener beneficios económicos por medio de esta práctica, sino ahora utilizan el secuestro como vía para controlar el reparto de la ayuda.
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