Arrate Sarrionandia
Bolivia anunció oficialmente que los incendios que afectaron a la Amazonia entre agosto y octubre pasan a fase de recuperación. Las lluvias de la pasada semana han facilitado el trabajo y el fuego se encuentra controlado. Sin embargo, todavía hay algunos focos de calor menores en los que se mantiene la vigilancia.
La fase de recuperación consistirá en dar apoyo a las comunidades afectadas y en realizar una evaluación ambiental. Los datos publicados por el Gobierno boliviano calculan que hay 10.000 familias damnificadas y más de 4 millones de áreas dañadas, de las que casi la mitad son zonas protegidas. Los problemas a los que se enfrentan los perjudicados van desde la pérdida de pequeñas parcelas de cultivo hasta la escasez de agua y alimentos, pasando por enfermedades derivadas del humo.
Gestión de los incendios y elecciones
Los incendios en la Amazonia captaron la atención del mundo durante el mes de septiembre. La situación de Bolivia, a pesar de su gravedad, pasó desapercibida frente a Brasil. El país comienza ahora un proceso de recuperación tras la debacle natural coincidiendo con las elecciones presidenciales del próximo 20 de octubre. Los incendios forestales han sido una de las principales armas de la oposición hacia el gobierno de Evo Morales durante la campaña electoral.
La gestión de los fuegos ha puesto en entredicho el modelo de crecimiento del país causando un enfrentamiento entre empresarios e inmigrantes indígenas de la región de Santa Cruz. Las grandes instituciones agropecuarias son consideradas corresponsables de los incendios por algunos sectores de la sociedad y aquellos que las defienden culpan a las comunidades indígenas de falta de conocimientos para trabajar en tierras de bosques.
El presidente boliviano, Evo Morales autorizó a finales de julio mediante un decreto la quema con fines forestales. Una práctica común entre los campesinos con el objetivo de preparar la tierra para la próxima siembra que cada año deriva en incendios en la zona. La oposición y los grupos medioambientalistas piden la retirada de la medida que fue apoyada por los empresarios agropecuarios.
El mandato de Evo Morales
El presidente Evo Morales, primer indígena en llegar a la presidencia, gobierna desde 2006. Todo un récord teniendo en cuenta la inestabilidad política del país, Bolivia vivió cinco presidentes en cinco años antes de la llegada del político aymara.
La crisis de los incendios ha sacado a la luz que pese a mostrarse como un líder respetuoso con el medioambiente, su gobierno ha promovido una economía extractiva, aprobando hasta diez normas que afectan a bosques y reservas. Entre ellas el decreto que autorizaba la quema en julio y tras el cual comenzaron los incendios forestales.
A pesar de la caída de popularidad y el no a su reelección en el referéndum de 2016, con un 51% de los votantes contrarios a la modificación constitucional, Morales espera renovar su mandato en las próximas semanas. Las encuestas le dan una diferencia de hasta diez puntos respecto al segundo candidato, Carlos Mesa, y con cerca del 40% del apoyo podría ser reelegido en la primera ronda. La población joven y la región de Santa Cruz, la más rica del país y la que más ha sufrido la debacle de los incendios, son los sectores de la sociedad boliviana entre los que Morales cuenta con menor apoyo.
Gasto social
La bonanza económica del país durante su mandato ha estado ligada, principalmente, a la exportación y nacionalización de recursos naturales, la inversión pública en infraestructuras y los tratados comerciales con China, Argentina y Brasil. Las previsiones de los organismos financieros internacionales proyectan para Bolivia un crecimiento cercano al 4% para 2019-2020.
Además, políticas inclusivas como el incremento del salario mínimo y los bonos para madres y estudiantes han colocado al país por encima de la media regional en gasto social, incentivando el consumo y mitigando la inmigración a países vecinos como: Chile, Argentina o Brasil.
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No obstante, el gobierno de Evo Morales ha estado acusado por parte de la oposición de autoritarismo y salpicado por varios casos de corrupción. La perpetuación en el poder de su persona, la desviación de fondos públicos y las obras de gran magnitud han marcado las principales polémicas de su tiempo en el gobierno, a las que ahora se le suma la gestión de los incendios.
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