Flipflopi, el bote reciclado que lucha contra el plástico en el mar

Flipflopi días previos a la salida de su expedición | ONU Medioambiente

el DiarioSolidario

Después de catorce días y 500 kilómetros de travesía, la expedición Mares Limpios-Flipflopi llegó a su destino final: la isla de Zanzíbar. El bote de vela (modelo dhow) de nueve metros, de color arco iris, ha sido construido con 10 toneladas de plástico reutilizado y chanclas, recolectado en ciudades y playas de Kenia, por pescadores locales. Los armadores han sido un equipo de personas interesadas en frenar el flujo de plásticos que contamina nuestros mares a razón de 13 millones de toneladas cada año.

«Nos sentimos abrumados por el nivel de compromiso», ha asegurado el cofundador del proyecto Flipflopi, Ben Morison. “La recepción de los niños de la escuela al gobierno local, regional y nacional ha sido increíble. Esta histórica primera expedición del mundo realmente ha comenzado a cambiar el rumbo del plástico «.

La expedición de Flipflopi abandonó la isla keniana de Lamu el 23 de enero. En el camino, la tripulación ha atracado en seis ciudades costeras de Kenia y Tanzania, donde han sido recibidos por comunidades locales, escuelas y funcionarios gubernamentales. El impulso del viaje ha desencadenado compromisos históricos en todos los puertos de la escala: el cierre oficial del vertedero Kibarani en Mombasa y el compromiso de 29 establecimientos, entre ellos 22 hoteles, para minimizar sus residuos plásticos.

Una vez llegado a puerto, el Flipflopi partirá hacia a la capital keniana de Nairobi para participar en la cuarta Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. El principal foro ambiental mundial, albergará a a representantes de 150 países  del 11 al 15 de marzo de 2019.

Educación y cambio

La iniciativa que ha llevado al Flipflopi por el Océano Índico es una nueva acción de la campaña Mares Limpios de ONU Medio Ambiente que involucra a los sectores público y privado en la guerra contra la contaminación por plásticos. Nueve países de África ya se han sumado a la campaña para tomar acción y hacer frente a la contaminación marina.

Solo 9% de las 8.300 millones de toneladas de plástico que se han producido en el mundo se ha reciclado. La mayoría –  botellas, tapas, envolturas, bolsas, pajitas, agitadores y recipientes de plástico – son productos diseñados para ser desechados luego de un solo uso, y han terminado en vertederos o en el medio ambiente.

“El Flipflopi es la prueba de que podemos vivir de manera diferente. Es un recordatorio de la necesidad urgente de repensar la forma en que fabricamos, usamos y administramos los plásticos de un solo uso”, ha afirmado la directora ejecutiva interina de ONU Medio Ambiente, Joyce Msuya, “Kenia ha demostrado un tremendo liderazgo al prohibir las bolsas de plástico. Claramente nos estamos moviendo en la dirección correcta, pero necesitamos un cambio drástico en los patrones de consumo y las prácticas de gestión de residuos en todo el mundo”, ha añadido Msuya.

“El proyecto juega un papel importante al incentivar al público a pensar en el plástico de una manera diferente. Tiene una forma colorida e innovadora de hablar sobre el tema y su mensaje realmente está llegando a los hogares, a partes de la población que otras iniciativas no han alcanzado”, ha comentado la profesora Judi Wakhungu, miembro de la junta de Flipflopi.

De las playas al mar

El proyecto se fundó en 2016 para transmitir el mensaje sobre el impacto que tiene el plástico en los mares, cómo nos afecta y, lo más importante, qué podemos hacer al respecto. Su cofundador Ben Morison se inspiró para crear una campaña contra el plástico visualmente atractiva tras presenciar las grandes cantidades de plástico que había en las playas de Kenia, donde pasó gran parte de su infancia.

«Tenemos como objetivo fomentar un cambio de comportamiento de una forma positiva. Queremos provocar sonrisas en un primer momento y luego compartir el mensaje de que los plásticos de un solo uso no tienen sentido”, ha asegurado Morison. «Para crear el navío Flipflopi usamos solo recursos locales disponibles y tecnología básica, lo que permite copiar nuestras técnicas e ideas sin ningún impedimento. Esperamos que las personas de todo el mundo se inspiren en nuestro hermoso bote multicolor y encuentren sus propias maneras de reutilizar los plásticos ya usados».

Un grupo de constructores de los tradicionales dhows fundió, formó y esculpió los residuos plásticos como si se tratara de madera. Cada uno de los elementos fue construido a mano y la cubierta fue decorada con coloridas láminas provenientes de sandalias recicladas, recolectadas durante las limpiezas de playas en Lamu, donde son uno de los artículos más encontrados.

Amenaza potencial

“Estamos orgullosos de haber construido el primer barco de vela en el mundo hecho con plástico reciclado” ha asegurado el armador Ali Skanda. «El próximo desafío ha sido navegar e inspirar a la gente en la costa de África para que vean los desechos plásticos, no como basura, sino como un recurso que se puede recolectar y usar».

La basura marina representa una amenaza potencial para la seguridad alimentaria, el desarrollo económico y la viabilidad de los ecosistemas marinos. En África, más de 12 millones de personas se dedican a la pesca, por lo que sus medios de vida están directamente afectados por la contaminación de los océanos.

En el reciente informe “Los límites legales de los plásticos de un solo y los microplásticos: Una revisión mundial de leyes y regulaciones nacionales”, ONU Medio Ambiente encontró que 127 de 192 estados revisados han adoptado algún tipo de legislación para regular las bolsas de plástico y que 27 países han promulgado leyes que prohíben productos específicos (por ejemplo, platos, vasos, pajitas, envases), materiales (como el poliestireno) o niveles de producción.

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