La lucha de Fátima

Fátima Djarra Sani lucha contra la mutilación genital femenina
Fátima Djarra Sani en un acto por los Derechos de la Mujer

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Roberto Gómez Prol: Licenciado en Periodismo. Máster en Comunicación Corporativa. Redactor y community manager. Voluntario en diferentes proyectos sociales, banca ética y culturales. “Nuestras decisiones individuales dan forma al mundo”.


La lucha de Fátima

El primer episodio se inicia con Fátima Djarra Sani. Una leona en peligro de extinción en su Guinea Bissau natal. En el mundo terrenal es una técnica de intervención y mediadora intercultural del proyecto de prevención de la mutilación genital femenina en Médicos del Mundo Navarra desde el año 2008. Una luchadora incansable por los derechos de la mujer.

A la edad tan temprana de 4 años sufrió la ablación de clítoris en primera persona de manos de su abuela. Pasó a formar parte de la terrible estadística de UNICEF que habla de al menos de 200 millones de mujeres y niñas en 30 países que han sufrido la mutilación genital femenina (MGF). En Europa hay 500.000 mujeres y niñas víctimas de la MGF y 180.000 en peligro.

Una práctica considerada por Naciones Unidas como “una violación de los derechos humanos de las mujeres y de las niñas”. La Organización Mundial de la Salud, la describe: “como todos los procedimientos que involucran la amputación parcial o total de los órganos genitales externos de las mujeres, cualquier daño a los genitales externos de las mujeres o a los genitales femeninos, sin que haya motivos médicos o de salud”. En la actualidad, la OMS establece cuatro tipos de procedimientos: clitoridectomía, escisión, infibulación y otras acciones lesivas de los genitales externos.

La escisión se realiza principalmente a niñas y adolescentes de edades comprendidas entre los 4 y los 15 años de edad. Cada año tres millones de menores son mutiladas en todo el mundo, aunque los países principales donde se ejerce son: Egipto, Etiopía e Indonesia, (algunas organizaciones incluyen también a Mali). La migración ha convertido esta práctica en una amenaza global.


68 millones de niñas podrían estar expuestas a este peligro


Durante el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, celebrado el 6 de febrero, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, alertó de que sin una acción concertada y urgente antes del 2030, 68 millones de niñas podrían estar expuestas a este peligro. En España hay alrededor de 18.400 niñas en situación de amenaza, una cifra que ha aumentado un 63,85% entre 2008 y 2016, según la fundación Wassu UAB. 200 de las jóvenes se encontrarían en riesgo en Navarra.

Sumisión de la mujer

Para las comunidades donde se practica es considerada como positiva y beneficiosa para las mujeres y las niñas, ya que refuerza el lazo de pertenencia al grupo, y pasan a disponer de un estatus de respetadas. No existe un discurso o justificación unificada para la aplicación de la mutilación genital femenina: preservar la virginidad de la mujer, la pureza, garantizar el matrimonio de las hijas, etc., suelen formar parte de las motivaciones de cada etnia.

Una visión que no comparte Fátima Djarra: “El objetivo principal es la sumisión de la mujer a través de este tipo de violencia. Hablamos de una sociedad patriarcal, donde el hombre quiere controlar a las mujeres a través de su sexualidad, de su deseo y de su placer”.  “La religión no juega ningún papel en este contexto. La amputación no está contemplada en el Corán. Ortodoxos y cristianos también la practican.”

Fanatecas

En Guinea Bissau, el 45% de las mujeres de edades comprendidas entre los 15-49 años han sufrido mutilación. Las señoras que se encargan de realizarlas son conocidas como Fanatecas. “Son personas muy respetadas y con un estatus social importante. Receptoras de una práctica que ha sido heredada. Tiene un perfil muy parecido al de una comadrona en occidente”. “Si tuviera una Fanateca delante le diría, desde el respeto y la educación: la mutilación no tiene ningún tipo de beneficio. Sólo es una acción perjudicial para la mujer que trae consigo sufrimiento, y en muchos casos, la muerte”.

Un elemento que llama poderosamente la atención es el arraigo cultural y tradicional de la práctica donde, la propia comunidad no relaciona las muertes o consecuencias físicas a corto y largo plazo. La ablación se puede realizar sin que nadie se entere, en cualquier rincón. Con navajas o cuchillas, sin higiene.  Muchas mujeres fallecen debido a un sinfín de complicaciones sanitarias: hemorragias, infecciones, dificultades urinarias e incluso imposibilidad de dar a luz. Las embarazadas que la han sufrido tienen un mayor índice de mortalidad neonatal.


 “Observamos que muchas de las mujeres que habían sido víctimas de la ablación lo veían como una práctica positiva”


Información y educación

La información y la educación son fundamentales para erradicar esta práctica y promover un cambio social. En el proyecto de prevención de la mutilación genital femenina de Médicos del Mundo Navarra, Fátima Djarra, trabaja con las mujeres y los hombres que conforman la comunidad africana, además de  con profesionales de la salud y ámbito social – existe un gran desconocimiento en la materia -, y organizaciones públicas y privadas. Precisamente, gracias al intenso trabajo con las instituciones navarras, el 25 de junio de 2013 se aprobó el “Protocolo para la prevención y actuación ante la Mutilación Genital Femenina”.

Desde Médicos del Mundo vimos que muchas de las mujeres que habían sido víctimas de la ablación lo veían como una práctica positiva, debido a la educación, a la enseñanza que habían recibido desde su infancia, desde su niñez. No relacionaban las situaciones que les ocurren con la mutilación”.

Fátima Djarra Sani durante una conferencia contra la mutilación genital femenina
Fátima Djarra Sani durante una conferencia contra la mutilación genital femenina

Las acciones formativas que realizan se dividen en charlas, conferencias, talleres, vídeo fórum, cursos formativos y exposiciones, entre otras, siempre con un importante componente de sensibilización. Un ejemplo es la formación que ofrece anualmente a la Asociación de Mujeres Africanas en Navarra, ‘Flor de África’, de la que es miembro fundadora desde hace 10 años, Fátima Djarra. Se trata de un grupo de 60 mujeres de 13 países que trabajan para erradicar la MGF. “Son agentes de cambio y de salud. Los participantes se convierten en formadores de otras personas. La formación tiene un efecto multiplicador porque cuando retornan a sus países de origen, informan a sus familias y a los habitantes del pueblo con el objetivo del cambio”.

12 años de cárcel

El trabajo con los hombres es también de vital importancia. “Los hombres deciden el futuro de la familia, por eso es tan importante trabajar en la sensibilización. En muchos casos existe desconocimiento ya que comparan la mutilación con la circuncisión masculina”. El cambio de cultura y mentalidad es necesaria, y viene apoyada por el código penal, que castiga esta práctica con entre 6 y 12 años de cárcel, y la pérdida de la custodia, aunque la mutilación se realice fuera del estado. Pese a que los 50 países que componen la Unión Africana la han prohibida, la información, en muchos casos, no viaja a las zonas rurales.

Para prevenir que la ablación se produzca en viajes de vacaciones o retornos puntuales a sus países de origen, donde el riesgo es más elevado, Médicos del Mundo elabora un certificado de compromiso preventivo donde se detallan, en varios idiomas, las consecuencias penales de proceder con la mutilación. Diferentes estamentos sociales y sanitarios colaboran y velan por su cumplimiento en Navarra.


“Muchas mujeres viven en silencio. Al contar mi experiencia, buscaba despertar la voluntad de esas personas, para que pudieran hablar, luchar y sumarse a la causa para su erradicación”


Indomable

En 2015 Fátima Djarra publicó: Indomable: De la mutilación a la vida. Un libro donde narra su experiencia, y con el que quería hacer frente a las injusticias y a las discriminaciones que sufría la mujer africana. Así como dar luz al desconocimiento de la sociedad española en la materia. El objetivo fue claro: dar voz a la mujer africana y luchar contra un tema tabú, tradicional y cultural. “Muchas mujeres viven en silencio. Al contar mi experiencia, buscaba despertar la voluntad de esas personas, para que pudieran hablar, luchar y sumarse a la causa para su erradicación”.

La obra escrita con el periodista Gorka Manero fue un viaje personal al pasado donde la activista, tuvo que hacer frente a situaciones muy duras como el día que le realizaron la ablación o la muerte de su marido. “El libro me ha ayudado a comprender y a entender a mi familia, y a superar el sentimiento de culpa”.

Aunque Indomable: De la mutilación a la vida tuvo una buena acogida en Navarra y en autonomías donde Médicos del Mundo tiene presencia. Fátima Djarra también tuvo que escuchar la reprobación e insultos de una minoría. Señal de que todavía hay mucho trabajo por hacer. “Ha habido un tanto por ciento de personas que no han visto con buenos ojos que yo haya escrito un libro sobre la ablación y de la vida de una mujer africana. Pero me quedo con el impacto positivo del libro. Me han llamado mujeres de todas partes de España, incluso desde Brasil, para charlar sobre el mismo. Estoy satisfecha porque mi mensaje ha llegado, tanto a hombres como a mujeres”.

Dunia Musso

El cambio de la cultura y de la tradición en las comunidades donde se realiza la mutilación, impulsó en 2014 a la integradora social y a seis colaboradoras a crear la asociación Dunia Musso (Mundo de Mujeres). “Dunia Musso es una organización centrada en trabajar en Guinea Bissau con la población joven. Las nuevas generaciones son las que deben prohibir la mutilación femenina, a su familia, a sus hijas”.

El proyecto surgió después, precisamente, de colaborar con un grupo de jóvenes que desarrollaban una labor de disminución de la violencia de género en Guinea Bissau. En 2016 desarrollaron cursos de formación en diferentes ciudades de su país de origen gracias a una ayuda concedida por la Agencia Asturiana de Cooperación al Desarrollo. En la actualidad buscan financiación para llevar a cabo trabajos puntuales de sensibilización sobre el terreno.

Las nuevas generaciones de Guinea Bissau, África y del mundo tienen mucho que agradecer la labor de esta leona indomable llamada Fátima Djarra.


El “Viaje de Nadu” es un espacio reservado a personas y a proyectos que tienen un impacto en la sociedad. Un lugar de aprendizaje donde los lectores tendremos la oportunidad de crecer en solidaridad.


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