el DiarioSolidario
De las cuotas incumplidas a la reubicación voluntaria. Tras la cumbre de los Veintiocho, la “solución europea” ha sido la devolución de personas a Libia -considerada ahora “puerto seguro”-, la consolidación de los obstáculos a las ONG de salvamento, la posibilidad de crear plataformas de desembarco en terceros países, la externalización de fronteras y la profundización en el acuerdo Unión Europea-Turquía.
Ante una visión de los movimientos de población que trata a las personas migrantes como una amenaza, Médicos del Mundo ha enviado al Gobierno las más de 70.000 firmas recogidas durante el último año en diversas acciones de defensa de los derechos de este colectivo. Porque miles de personas siguen buscando refugio en el continente europeo, mientras sus líderes idean soluciones de conveniencia tras haber sido incapaces de alcanzar las cuotas de acogida fijadas hasta ahora para los países europeos -que sólo han cumplido el 33% de sus compromisos de mínimos, un 16% en el caso español-. Firmas que se suman a las más de 130.000 entregadas el año pasado en el marco de las campañas #YoAcojo y #PersonasQueseMueven.
A pesar de la reacción del Gobierno y otras instituciones de acoger embarcaciones como Aquarius, una noticia sin duda positiva, no oculta la realidad que urge abordar: cómo tratar a las personas como sujetos de derechos y no cómo riesgos para las fronteras.
“Ningún cierre de fronteras, ni terrestres ni marítimas, va a evitar que quien no tiene más opciones para sobrevivir huya. Es necesario asumir y organizar los tránsitos para convertirlos en seguros. La política europea está intentando salvar nuestro proyecto común renunciando a los principios, pero una Europa sin principios tiene pocas esperanzas de futuro”, afirma José Félix Hoyo, presidente de Médicos del Mundo España.
Se solicita al Gobierno que no cese en la lucha contra las mafias que trafican con personas, pero le pide que actúe de acuerdo con los convenios internacionales de derechos humanos y adoptando medidas políticas urgentes tanto para garantizar vías legales y seguras como para optar a la protección internacional. La UE no puede insistir en las políticas aplicadas desde 2015 en Grecia para hacer frente a la llegada de población refugiada procedente de Oriente Medio, creando campos y centros de acogida sin suficiente capacidad para cumplir su función con unos estándares mínimos de protección y habitabilidad.
Asimismo, se pide al Gobierno que utilice todas las posibilidades de integración de nuestra sociedad de las personas migrantes. Médicos del Mundo quiere señalar la necesidad de rechazar los argumentos que asociación a los movimientos migratorios con el terrorismo internacional y otros negocios delictivos.
La salud, lo primero
Aunque el último acuerdo europeo insista en distinguir migrantes económicos de refugiados, se quiere recordar que no puede existir diferenciación con relación al cumplimiento y respeto de los derechos humanos de todas las personas migrantes, especialmente el derecho a la salud.
“Los sistemas de salud europeos deben construirse desde la solidaridad, la igualdad y la equidad. La cobertura sanitaria universal, comprometida para el 2030, no debe distinguir entre personas en origen, tránsito o destino. La salud es un derecho, en cualquier circunstancia, por difícil que esta sea”, recuerda el portavoz de la organización.
Las políticas migratorias nacionales y comunitarias en ningún caso deben ser obstáculo para los objetivos de salud pública y los principios humanitarios: es prioritario que todos los niños y niñas que residan o lleguen a la UE gocen de pleno acceso a los sistemas de inmunización nacionales y a la atención pediátrica. Asimismo, todas las mujeres embarazadas deben poder disfrutar de servicios de interrupción del embarazo, atención prenatal y postnatal y un parto seguro. Las personas migrantes afectadas por enfermedades graves deben recibir protección frente a las expulsiones si no tienen garantizado el acceso efectivo a una atención sanitaria adecuada en el país al que se les expulsaría. La organización humanitaria denuncia el uso de exámenes médicos que no ofrecen beneficios terapéuticos y se realizan solamente con fines ligados al control de las migraciones.
La frontera sur y los CIE
Más allá de la situación en el Mediterráneo central no podemos olvidar lo que ocurre en la frontera sur de España. Médicos del Mundo exige al Gobierno español el cierre inmediato y sin condiciones de los Centros de Internamiento de Extranjeros y el fin de las devoluciones en caliente, así como reformar los procesos de primera acogida para sustituir la burocratización actual por un sistema que garantice el tratamiento digno de las personas.
Médicos del Mundo lleva desde 2015 trabajando para hacer frente a la llamada “crisis de personas refugiadas” en territorio griego. Desde entonces, la organización ha intensificado sus esfuerzos en los distintos escenarios del movimiento migratorio como Mesoamérica, el Sahel y los países en conflicto como Siria, Ucrania o Sudán del Sur.
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