el DiarioSolidario
Colombia es el país del mundo con mayor número de personas desplazadas internas. Casi 8 millones, según ACNUR, se han visto forzadas a abandonar su hogar por culpa de la violencia. En un clima del asentamiento del proceso de paz, la lucha por la explotación y control del oro provoca violencia y el desplazamiento de comunidades indígenas, afrocolombianas, campesinas y cientos de asesinatos de líderes comunitarios, en uno de los países que muestra una de las mayores desigualdades del mundo.
Cerca de 400 líderes sociales, según el programa no gubernamental “Somos Defensores”, han sido asesinados desde el 2016. Además, defensores de derechos a la tierra, el territorio y el medioambiente que denuncian una situación insostenible alrededor del metal preciado no sólo son objeto de acoso judicial, prohibiciones de viaje, vigilancia ilegal, amenazas y hostigamientos, sino que son también víctimas de ataques violentos, desaparición forzada, acoso sexual, amenazas a la familia y chantaje.
En Colombia se estima que el 80% de la producción nacional de oro es ilegal. Al ser un tipo de minería informal y carecer de regulación, la actividad favorece la injerencia de grupos criminales. Además de un medio para financiarse, el oro se utilizado como un producto de contrabando y una manera de blanquear capitales.
Del mismo modo, el Estado ha impulsado un modelo económico extractivista que va en aumento. Entre 2002 y 2015 el otorgamiento de licencias de explotación de hidrocarburos y títulos mineros, ha pasado de 1,1 millones de hectáreas a 4,9 millones.
El oro en tu móvil
El oro se utiliza en los circuitos impresos de los móviles, que son las placas donde van unidos los microchips. Cada año se fabrican 1.500 millones de smartphones en el mundo para lo que se necesitan alrededor de 37.000 kilos de oro.
El oro es un mineral en conflicto, ¿Cómo podemos actuar con una tecnología libre de conflicto?
Déjanos tu opinión