el DiarioSolidario
Los países más pobres con poblaciones en aumento y recursos naturales escasos dependarán cada vez más de las importaciones para alimentar a su población. Así se desprende del informe anual de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura de Alimentos (FAO) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
Aunque se pronostica que aumentarán las exportaciones de países y regiones con extensas tierras agrícolas, la Perspectiva Agrícola 2018-2027 de la OCDE y la FAO apunta que, dado que el comercio agrícola desempeña un papel importante en la seguridad alimentaria, es necesario que haya un entorno de política comercial propicio.
Según Agricultural Outlook, la subalimentación se concentra en países plagados de conflictos y políticamente inestables, con el Medio Oriente y el Norte de África (MENA) enfrentando desafíos simultáneos de inseguridad alimentaria, aumento de la desnutrición y administración de recursos naturales limitados.
El informe pronostica un fuerte crecimiento en la agricultura y la pesca en las regiones en desarrollo, cuyas poblaciones están aumentando rápidamente, incluido el África subsahariana, Asia meridional y oriental y la región MENA. Estas áreas se enfrentan al desafío de los recursos limitados de tierra y agua, así como a los problemas climáticos relacionados con el clima extremo, lo que conlleva una gran dependencia de las importaciones de alimentos.
Por el contrario, se predice que este crecimiento será significativamente menor en los países desarrollados, particularmente en toda Europa occidental.
«La Revolución Verde del siglo pasado aumentó en gran medida la capacidad del mundo para alimentarse, pero ahora necesitamos una revolución de la sostenibilidad», dijo José Graziano da Silva, Director General, Director General de la Organización de Alimentos y Agricultura (FAO), presentando el informe con Angel Gurría, Secretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
«Esto incluye abordar los sistemas agrícolas de alto insumo y de recursos que imponen un alto costo para el medio ambiente», agregó, y señaló la continua degradación del suelo, los bosques, el agua, la calidad del aire y la biodiversidad.
Entre otras recomendaciones, el informe recomienda que los países regionales reorienten las políticas de los cereales que requieren riego intensivo, hacia el desarrollo rural, la reducción de la pobreza y el cultivo de productos hortícolas de mayor valor. «Necesitamos adoptar sistemas alimentarios sostenibles y productivos que ofrezcan alimentos saludables y nutritivos, al tiempo que se preserve el medio ambiente y la biodiversidad», destacó el Sr. da Silva.
En otras partes de MENA, el crecimiento de la población está provocando un aumento en la demanda de alimentos, donde un consumo excepcionalmente alto de trigo junto con un aumento vertiginoso del consumo de azúcar y grasa están llevando a lo que la FAO llama «una alarmante propagación del sobrepeso y la obesidad«.
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