Roberto Gómez Prol: Licenciado en Periodismo. Máster en Comunicación Corporativa. Redactor y community manager. Voluntario en diferentes proyectos sociales, banca ética y culturales. “Nuestras decisiones individuales dan forma al mundo”.
No hay una playa ni mar en el mundo que no estén contaminadas por plástico. Micro-macro esferas que tienen nombre y logotipos, y un “creador”: el ser humano. El Día Mundial del Medio Ambiente dedica su jornada de bautismo a una problemática que se filtra en nuestro sistema digestivo a través de nuestra voracidad esquilmadora. Pescamos lo que envenenamos previamente, para, a posteriori, comérnoslo. Para 2050 ya habremos conseguido que haya más plástico en el mar que peces. ¡Larga vida al mar de plástico!
En el mundo tenemos siete continentes (seis, siete u ocho en función de la corriente). El último en subirse a nuestro carro geográfico es un espacio sin tierra, pero flotante, compuesto por dos islas de basura que recorren el Pacífico. La mancha es tres veces más grande que Francia, contiene 1,8 billones de objetos de plástico y una superficie de 1.400.000 km2. El 92% de sus residentes son de grandes dimensiones y un 8% de microplásticos. Existen otras dos gemelas en el Atlántico y un primo en el Índico.
Los datos sobre la cantidad de veneno de colores en los océanos varía en función de la fuente. La realidad es complicada de cuantificar. Greenpeace ofrece una cifra abierta: “5-50 billones de fragmentos de plástico, sin incluir los trozos que hay en el fondo marino o en las playas”. En la cantidad incluye aquello que botamos directamente, nos dejamos en las playas, tiramos por la cadena, abandonamos en el mar porque ya “no es un arte de pesca”, o, simplemente, vemos volar como objeto identificado pensando que morirá en el ocaso solar. Hay, además, una nueva amenaza: las micropartículas indirectas que provienen de nuestros sueños de belleza o de nuestra propia ropa, y que escapan a los filtros. En total el vertido viene a representar 8 millones de toneladas de basura al año: 200 kilos de basura por segundo. ¡Y subiendo!
Pajita fosilizada
La radiación UV es el principal agente que degrada el plástico en el mar. La acción del oleaje acelera este proceso. Los fragmentos más grandes se hacen pequeños y comienzan a ser comida para la fauna marina. Datos: el 90 % de las aves marinas han ingerido plástico en su vida. Se calcula que el plástico mata 1 millón de aves marinas y más de 100.000 mamíferos del mar y tortugas cada año. Todos recordamos casos que hemos visto en diferentes medios: ballena muerta con 80 bolsas de basura en su interior, el cuerpo en descomposición de una gaviota con numerosos tapones de plástico en su interior,etc. Aunque el más impactante, al menos para el que escribe, fue un vídeo donde se veía como biólogos marinos retiraban a una tortuga una pajita fosilizada de su orificio nasal.
La batalla contra los productos de un único uso ya la han iniciado los señores de corbata que toman decisiones. Vienen tarde, pero parece que llegan. Como el debate será largo y el resultado acabará siendo la mitad de la propuesta inicial, lo mejor que podemos hacer es pasar a la acción. Todos conocemos la teoría, por lo que sólo nos queda ponerla en práctica. Quizás un inicio puede ser cuidar nuestras playas:
Objetos más comunes recolectados en las playas y zonas costeras (por número)
• Colillas
• Fragmentos de plástico inferiores a 2,5 cm
• Botellas de plástico
• Envoltorios
• Tapones de botellas de plástico
• Pajitas
• Otras bolsas de plástico (diferentes de las de supermercado)
• Botellas de vidrio
• Bolsas de plástico de supermercado
• Tapones metálicos de botellas
• Tapas de plástico (distintas de las de botellas)
Fuente Greenpeace
¡Súmate al cambio!
Coalición contra la contaminación producida por los plásticos:
www.plasticpollutioncoalition.org
Consejos para realizar una transción y abandonar el plástico:
el DiarioSolidario es un periódico colaborativo.
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