Ser voluntario en Brasil

Roberto Ravagnani: periodista brasileño y consultor de voluntariado y de responsabilidad social empresarial. Es asociado para el voluntariado GIA Consultores para América Latina y fundador de la ONG Canto Ciudadano en Brasil. También trabaja como voluntario.

Multitud de personas en Brasil han pensado en ser voluntarios, pero muchos dejan pasar este pensamiento más rápido de lo que llegaron a él. Los datos muestran que el 54% de los jóvenes brasileños piensa o tiene ganas de hacer un trabajo voluntario, pero no tiene idea de cómo empezar.

Los brasileños piensan en cómo sería bueno ayudar a resolver problemas sociales de Brasil, piensan en ser valorados, en sentirse útil y hacer algo diferente en el día a día. Muchos piensan y deciden ser voluntarios en una organización, que es una de las innumerables posibilidades del trabajo voluntario..

Cuando la decisión está tomada comienza un camino a menudo difícil y en ese momento tenemos el gran desafío, como aspirante a ser voluntario y como organización a recibir al candidato a trabajar como voluntario. La mayoría de las organizaciones sociales en Brasil y en América Latina son muy pequeñas, y no tienen programas estructurados de voluntariado. El no tener un programa estructurado no es el mayor desafío, pues podemos tener voluntarios sin un programa, pero con condiciones básicas para tenerlos, y eso es lo que los candidatos a voluntarios deben buscar en una organización o incluso ayudarlos a crearlas:

• La organización debe estar legalmente constituida.

• Descripción y lugar del trabajo voluntario definidos.

• Carga horaria definida del trabajo (no hay una determinación legal, pero no debe sobrepasar las 6 horas semanales).

• Contrato de adhesión al trabajo voluntario (existen modelos brasileños en internet).

• Condiciones mínimas de higiene, salubridad y seguridad.

• Tener un interlocutor definido para conversar sobre las actividades.

Para conocer este mínimo, al elegir una organización se debe hacer una visita, hablar con otros voluntarios, conversar con empleados y observar el trabajo que va a desarrollar, para asegurarse de que los requisitos mínimos serán atendidos y su deseo también.

Cualquier persona puede ser voluntaria, independientemente del grado de escolaridad o edad, lo importante es tener buena voluntad y principalmente responsabilidad. Hay miles de organizaciones sociales esparcidas por el país y América Latina, seguramente existe una cerca de su casa o trabajo, en ese caso, vea si el área de actuación de la organización coincide con su intención de trabajo, y después de la elección marque un día para conocerlo, personalmente.

Es importante saber que si no funciona bien con la primera entidad, no se desista, hay mucha gente que necesita su ayuda. Hay que intentarlo otra vez. Y si todo va bien, ¡genial! Vea cómo funciona la entidad, y lo que necesita, tal vez pueda ayudar en otras áreas más importantes y que tengan que ver con sus habilidades y con el tiempo usted podrá sugerir estas tareas.

Sea humilde. El hecho de estar ayudando a los demás no significa que usted vaya a ser cuidado con exceso y que su trabajo no pueda ser criticado. El trabajo voluntario exige el mismo grado de profesionalismo que una empresa, si no mayor, pues en la mayoría de los casos nos dirigimos a personas. Hay reglas a seguir y no es cuestión de desanimarse si no todos vibran y aplauden su trabajo.

Para quienes aún no pensaron en la posibilidad de ser voluntario, sería bueno que conocieran que un estudio de la Universidad de Michigan constató que las personas que hacían menos trabajos voluntarios eran significativamente más propensos a morir y que aquellas que ayudan a los demás tienen normalmente mejor salud. Ocho de cada diez de los encuestados afirmaron que los beneficios para la salud regresaban cuando se acordaron de la acción hecha en años anteriores. ¿Qué tal este motivo para pensar en el asunto?