Detener el aumento de las emisiones a expensas de la humanidad

Emisiones CO2

Gabriela Bucher, Directora Ejecutiva de Oxfam Internacional

“Claramente, algunos líderes mundiales piensan que no viven en el mismo planeta que el resto. Parece que ni la gran cantidad de incendios, el aumento del nivel del mar o las sequías les hayan hecho recobrar el sentido para detener el aumento de las emisiones a expensas de la humanidad».

El clima extremo ya está arruinando la vida de las personas más vulnerables. Esas personas tienen pocos recursos para hacer frente a la constante amenaza de perder todo lo que tienen. Las personas más pobres del mundo son los que menos han hecho para provocar la emergencia climática, pero son las que tiene que luchar por sobrevivir y al mismo tiempo pagar la factura.

La petición de fortalecer los objetivos de reducción de 2030 para el próximo año es un paso importante. El trabajo empieza ahora. Los grandes emisores, especialmente los países ricos, deben prestar atención a esta petición y alinear sus objetivos para mantener los 1,5 grados. A pesar de años de conversaciones, las emisiones continúan aumentando y estamos peligrosamente cerca de perder esta carrera contra el tiempo.

Sacar fuerzas

Los países en desarrollo, que representan a más de 6 mil millones de personas, presentaron un mecanismo de financiación de “pérdidas y daños” para la reconstrucción después de los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático. Los países ricos no solo bloquearon esto, sino que todo lo que aceptan es un financiamiento limitado para asistencia técnica y un «diálogo». Este resultado irrisorio es como hacer oídos sordos al sufrimiento de millones de personas tanto ahora como en el futuro.

Por primera vez, se ha acordado un objetivo para la financiación de la adaptación. El compromiso de duplicar está por debajo de lo que los países en desarrollo pidieron y necesitan, pero si se cumple, aumentará el apoyo a los países en desarrollo en miles de millones.

Es doloroso que los esfuerzos diplomáticos hayan fracasado una vez más en hacer frente a la escala de esta crisis. Pero debemos sacar fuerzas del creciente movimiento de personas en todo el mundo que desafían y hacen que nuestros gobiernos rindan cuentas. Un mundo mejor es posible. Con creatividad, con valentía, podemos y debemos aferrarnos a esta esperanza».

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