el DiarioSolidario
El Aita Mari ha zarpado rumbo al Mediterráneo Central tras casi cinco meses amarrado en el puerto de Pasaia Donibane en Gipuzkoa. A bordo una tripulación de 13 personas con el objetivo de monitorizar el cumplimiento de los derechos humanos en la ruta migratoria entre Libia e Italia. En aproximadamente 14 días, dependiendo del estado de la mar, el buque llegará a su zona de operaciones.
La ONG Salvamento Marítimo Humanitario se ha visto obligada a invertir casi 33.000 euros en adecuar el barco a las exigencias interpuestas por Italia. El buque fue “apresado” a finales de abril después de cumplir la cuarentena a las puertas del puerto de Palermo correspondiente tras un rescate de 44 personas que las autoridades no quisieron realizar. 49 días y 55.000 euros en gastos después, el Aita Mari recibió el visto bueno para volver a casa pero con una larga lista de “obligaciones” técnicas para poder regresar a navegar.
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“Este requerimiento es una trampa administrativa porque el Aita Mari cumple con todas la normativa aplicable según su clase y tipo como como consta en sus certificados. Es decir, nos exigen determinada maquinaria y equipamiento a bordo de los que estamos exentos por tamaño”, nos aseguraban entonces de la organización.
No hay medios suficientes
Entre las modificaciones: tanques de aguas negras, plataforma para balsas de emergencia, dos balsas nuevas, otras adaptaciones: suspiros, sondas, barandillas, gastos estudio técnico y ventilación camarotes.
“Aun así, hemos comprobado cómo, sin casi presencia de barcos de rescate en la zona, las personas se siguen jugando la vida en el Mediterráneo y las autoridades europeas no despliegan medios suficientes para auxiliarles y garantizar el cumplimiento de los derechos humanos. Por ello, nos hemos visto obligados a realizar a bordo las reformas exigidas por Italia” alegan.
La organización denuncia que los requisitos italianos para que el Aita Mari (y el resto de la flota solidaria detenida) vuelva a navegar de nuevo muestran un planteamiento perverso y arbitrario. “Asumen que, en nuestra navegación, vamos a encontrar náufragos. Como, según sus estimaciones, puede que sean más de 100 personas, nuestros barcos no están capacitados para transportar a tanta gente.
El planteamiento y los requerimientos demuestran que Europa conoce que hay, habitualmente, náufragos en el mar. Que, “como ni los guardacostas libios ni los malteses van a actuar con diligencia, nuestros barcos de rescate se van a tener que ocupar del salvamento”. Asimismo, denunciar la naturaleza arbitraria porque los requisitos de navegación solo se exigen a la flota solidaria y, no, al resto de buques que transitan por la zona (mercantes, suministradores a las plataformas petrolíferas, pesqueros, etc.).
Agradecimiento público
Salvamento Humanitario Marítimo reclama nuevamente una estrategia migratoria europea que incluya el rescate de cualquier náufrago en alta mar.
La ONG ha querido agradecer públicamente el apoyo de la sociedad durante estos meses. “Hemos sentido sus ánimos desde las personas que han pasado como voluntarias durante las jornadas de acondicionamiento del barco, a los Hotz de Gipuzkoa, decenas de parroquias y conventos, a las empresas que nos han donado material (Ner Group, comida; Lana y Bexen Cardio, un desfribilador y la Coordinadora Mentoría Social, que nos ha donado mochilas, bidones de agua, y otros enseres para los náufragos)”.
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