Construyendo cultura de paz

Convenio Filipinas Miguel Carballo

Al suroeste de la isla de Mindanao en Zamboanga City y en las municipalidades de Lantawan, Maluso y Akbar en la isla de Basilan, Filipinas, Manos Unidas trabaja fomentando valores y actitudes que propician la construcción de comunidades multiculturales.

Fruto del Convenio firmado con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), trata de mejorar la situación de los habitantes de la zona, muy castigados por las consecuencias de décadas de conflicto armado. Con unos de los índices de desarrollo humano (IDH) más bajos del país, unas tasas de pobreza que oscilan entre el 20 y el 37% y con unos índices de desigualdad que se encuentran entre el 50 y el 60%, la intervención es prioritaria.

Manos Unidas lleva a cabo el proyecto desde la «Seguridad Humana», buscando mejorar las condiciones de las comunidades más vulnerables y marginadas, centrando sus acciones fundamentalmente en ocho de los grupos más vulnerables identificados por el gobierno filipino. Consciente de que es imposible conseguir los objetivos sin involucrar a las partes locales, la entidad trabaja en el fortalecimiento de los gobiernos locales, organizaciones civiles y grupos sectoriales para el establecimiento de políticas de desarrollo transparentes y eficaces que respondan a las necesidades de la población y garanticen el cumplimiento de los derechos humanos y civiles.

Convenio Filipinas Manos Unidas. Fotografía Miguel Carballo

Uno de los aspectos más importantes del proyecto es el especial cuidado que pone a que los programas respondan a las necesidades de los sectores más vulnerables promocionando sus derechos y reduciendo su situación de pobreza. Además, promociona la participación de la mujer en los espacios de gobierno y de toma de decisiones, buscando de esta manera el reconocimiento social como actor protagonista del desarrollo. De la misma manera, Manos Unidas, intensifica sus actividades para proteger y promocionar los derechos humanos de los sectores más vulnerables, haciendo incidencia en la discriminación y violencia que sufren dichos sectores, en especial la violencia de género y la discriminación social por etnia o género.

Gracias a la acción de la entidad y al trabajo desarrollado por entidades locales, la población filipina de la zona está pudiendo hacer frente a la degradación de las condiciones de vida y aumento de las desigualdades que está afectando al desarrollo de las comunidades, que ven limitadas su acceso a servicios sociales básicos, y se ven obligadas a vivir en condiciones de inseguridad y pobreza que afectan en mayor medida a los sectores más vulnerables de la sociedad como son los pueblos indígenas, los niños, las mujeres o las personas discapacitados entre otros, condenándoles a vivir en situaciones de pobreza y alimentando la violencia que se vive en la región.

 

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