Pablo Cerezal. URDA Spain
Desde que el virus COVID-19 fuese calificado por la OMS como pandemia global, todos los países han tomado medidas drásticas para intentar frenar el contagio masivo. Líbano, país inmerso en un colapso económico de trágicas dimensiones y con una población cercana al millón y medio de personas refugiadas dentro de sus fronteras, no ha sido inmune al ataque del virus. Más del 80% del sistema sanitario pertenece al sector privado, y sólo un hospital público cuenta con los medios adecuados para tratar a las víctimas del coronavirus, aunque las plazas de que dispone para casos de gravedad no llegan a las 200. La situación de emergencia se agrava por momentos al duplicarse casi a diario el número de contagiados.
Si el COVID-19 entra en los campos de refugiados el desastre humanitario será de proporciones incalculables. URDA Spain es la única ONG española que presta ayuda directa en 36 campos y a 25.000 refugiados en Líbano, y desde el inicio de la crisis ha comenzado allí una imprescindible campaña de prevención.
Millón y medio de refugiados en condiciones precarias
La actual crisis global por la pandemia de coronavirus ha llegado también a países altamente vulnerables como Líbano. La crisis financiera que atraviesa el país ha provocado una severa falta de liquidez y un estancamiento en las importaciones de materiales básicos como son los suministros médicos imprescindibles para enfrentar al COVID-19. Un ejemplo significativo es la subida del precio de las mascarillas N-95 por parte de los proveedores en más de 5,51 euros por unidad.
La población libanesa se enfrenta a una situación extrema que se agrava entre las más de millón y medio de personas refugiadas que viven, en condiciones precarias, dentro de las fronteras del país. Todos los ciudadanos carecen de lo mínimo imprescindible para llevar una vida digna y cohabitan en situación de hacinamiento en la mayoría de los casos. Situación que pone sus vidas en serio peligro.
El Gobierno libanés ha decretado el cierre de establecimientos y el confinamiento de la población. Pero son justamente los refugiados quienes se encuentran más desprotegidos, por carecer de medios económicos y de acceso a la información y medidas básicas de prevención del contagio.
La ONG URDA Spain trabaja en 36 campos de refugiados en Líbano, prestando atención a una población cercana a las 25.000 personas. Desde el inicio de la crisis, y en coordinación con las autoridades locales, ha implementado una campaña de prevención que pretende llegar no sólo a los 36 campos de refugiados en que trabaja sino a los 150 contabilizados a lo largo del país, así como a los núcleos de población colindantes a los mismos.
Campaña de prevención de URDA Spain y líneas de acción
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«Aquí no hay bandos y todos podemos ser víctimas»
La campaña sigue estrictamente las indicaciones gubernamentales y sanitarias. La importancia de esta campaña y del alcance esperado, ha forzado la reorganización de fondos de URDA Spain y, aun así, estos comienzan a escasear en esta carrera contrarreloj para combatir al virus.
La pandemia del COVID-19 está mostrando la necesidad de un tejido social firme que no excluya a ninguno de sus integrantes, independientemente de su origen o situación. Millones de personas que tuvieron que abandonar sus hogares y su vida por causas de guerra o violencia, se ven obligados a enfrentar otra guerra, silenciosa en este caso, ante la que nuevamente están desprotegidos. Pero esta guerra no es tal, porque aquí no hay bandos y todos podemos ser víctimas. Si queremos detener la pérdida de vidas humanas es imprescindible reforzar la conciencia social. Por eso, la ONG hace un llamamiento a la solidaridad global para poder seguir prestando atención a la población que con mayor vulnerabilidad enfrenta esta amenaza.
Puedes colaborar con esta campaña de URDA Spain y el resto de sus proyectos siguiendo el siguiente link: https://urdaspain.org/colabora/
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