el DiarioSolidario
La Organización Meteorológica Mundial ha informado que el 2017 fue el año más caro en términos económicos. La gran actividad de ciclones en el Atlántico Norte, las inundaciones en el subcontinente indio y las sequías en África, costaron más de 300.000 millones de euros según los cálculos en la Declaración sobre del Estado del Clima Mundial del año pasado.
El informe emitido recoge que el 2017 fue uno de los tres años más cálidos registrados, confirmando, además, las tendencias ya conocidas como el aumento de las concentraciones de dióxido de carbono, un mayor nivel del mar, una disminución de volumen de hielo marino y un calentamiento del agua del mar.
Uno de los aspectos más preocupantes del informe son los registros de concentraciones de dióxido de carbono, que indican que el calentamiento global continuará y producirá situaciones socioeconómicas dramáticas para la población, como pueden ser un incremento de enfermedades y epidemias. La Organización Meteorológica Mundial ha manifestado que seguirá alertando a los países para que sean responsables con el clima y continuará apoyando a los servicios meteorológicos nacionales con recursos e infraestructuras para que la información que suministren puedan permitir paliar el impacto de este tipo de desastres y gestionar mejor, por ejemplo, los desplazamientos de población.
Por último, destaca la tendencia ascendente de la temperatura a largo plazo, aspecto importante que obliga a tomar responsabilidades inmediatas. Las fuertes temperaturas están produciendo desplazamientos de la población como consecuencia de la sequía, caso de Somalia. Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados entre los años 2016 y 2017 un total de 890.000 personas tuvieron que ser desplazadas. El incremento de las temperaturas tiene un gran impacto sobre la agricultura y ganadería, lo que a su vez conlleva mayor mortalidad e inseguridad alimentaria.
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