¿Las elecciones brasileñas obstaculizan o ayudan a los servicios de las organizaciones sociales del país?

Roberto Ravagnani: periodista brasileño y consultor de voluntariado y de responsabilidad social empresarial. Es asociado para el voluntariado GIA Consultores para América Latina y fundador de la ONG Canto Ciudadano en Brasil. También trabaja como voluntario.

Nuestra rutina, nuestra paz, nuestros trabajos sociales están amenazados y conturbados.

Esta es mi visión del momento actual de la ciudadanía y trabajos sociales en Brasil pre-elección, los ánimos están exaltados, envueltos en peleas de colores partidarios y siglas que dejan a todos ciegos para los principales problemas.

Todos pelean por su candidato o por el no candidato, pero sólo se preocupan por los cargos mayoritarios, gobernadores y presidente, pero se olvidan de quién efectivamente hace o no las cosas ocurrir en el país, el legislativo, los senadores, los diputados federales y los estatales.

Estos últimos son los fieles de la balanza, son ellos que aprueban o no cualquier ley o decreto del poder ejecutivo (presidente y gobernadores), estos crean impedimentos o crean facilidades para gobernarse, estos toman presidentes y gobernadores, como ya lo hicieron en tiempos no muy remotos.

Para que la democracia brasileña siga funcionando y tenga gobernantes con posibilidad de gobernar, el elector debería estar atento a este otro lado de la moneda, eligiendo cualquier cosa como diputados y senadores corremos el riesgo de tener un país desgobernado y así un país al borde de la… quiebra.

La población brasileña está enfurecida por los pésimos administradores que hemos tenido en los últimos años y quiere descontar toda su furia en la próxima elección, eligiendo a uno u otro candidato al cargo mayor del país, sin darse cuenta de que las artimañas están sucediendo en los cargos electivos menores, estos necesitaban ser investigados, estudiados, incluso puestos a prueba para ver su real intención y real motivación para ser un político.

Todos ellos son buenos en decir y prometer que van a suceder de un todo, pero pocos son honestos en decir que la mayoría de sus promesas no dependen de ellos sino del poder ejecutivo, por lo que no pueden prometer por el otro. Los votantes, a su vez, tienden a creer aún en todo lo que los grandes medios traen, sabemos que ella puede ser manipuladora y persuasiva para ayudar a uno u otro lado. No estoy afirmando que esto ocurre, pero pueden hacerlo, sin grandes esfuerzo.

Los movimientos sociales también embebidos de esta furia y por esta guerra de colores partidistas, luchan por convicciones no siempre bien orientadas, sino por conveniencia para sus causas. Las causas deberían estar por delante y por encima de todo, no deberían involucrarse, mi opinión, deberían sobrevivir sin e independiente de partidos que estén en el poder, recordando que la mayoría de las organizaciones sociales que luchan por causas, se crearon exactamente por qué los gobiernos no los atendía de la forma necesaria o no tenían competencia para cuidar de aquella causa, y hoy muchas causas u organizaciones sociales dependen casi exclusivamente de recursos de los gobiernos, un contrasentido.

La post elección, para que los ánimos se enfríen y podamos volver a trabajar y luchar por sus causas sin las pasiones partidistas. Basado en la experiencia, poco cambiará efectivamente y muy rápidamente, los gobiernos dependen mucho de las organizaciones sociales y ellas de los gobiernos, siempre existirá un medio término para solucionar la cuestión. Cabe recordar que el trabajo de las organizaciones sociales siempre existió y siempre existirá, se adaptará a las nuevas circunstancias y los nuevos gobiernos y seguirá haciendo su mejor con el siempre pequeño presupuesto y seguirá dependiendo de la buena voluntad de personas como voluntarios y donantes, empresas como patrocinadoras y otras organizaciones sociales nacionales o internacionales también donantes de recursos.

El juego está abierto, ¿quién ganará las elecciones? En breve lo sabremos. Pero quien perderá, ya lo sabemos, los trabajos sociales, y muchos amigos que dejaron de ser por pasiones partidistas y los votantes que seguramente tendrán que hacer más sacrificios para continuar manteniendo su patrón de vida y el de los políticos brasileños, que están entre los más caros del mundo.