Entrevista a Caddy Adzuba, premio Príncipe de Asturias

caddy adzuba

el DiarioSolidario

“Europa debe preguntarse si es lícito que su desarrollo se sustente sobre la desgracia y el expolio de otras partes del mundo”

Caddy Adzuba es abogada, periodista y activista por los Derechos de las Mujeres, la infancia y la libertad de prensa. En 2014 recibió el Premio Príncipe de Asturias a la Concordia. Esta mujer congoleña ha sido testigo del conflicto armado que asola la República Democrática de Congo desde 1996 con frágiles periodos intermitentes de alto al fuego.

Caddy, háblanos de tu labor como activista a favor de los Derechos Humanos y como periodista.

Trabajo en Radio Okapi y también en la Asociación de Mujeres de Medios de Comunicación del Este de Congo. Como periodista directamente ligada a la radio trabajo a tiempo completo en Radio Okapi -una emisora creada por Naciones Unidas- en temas vinculados con la defensa de los derechos humanos en general y los derechos de las mujeres, de la infancia y la libertad de prensa.

La Asociación de Mujeres de Medios de Comunicación del Este de Congo promovemos la defensa de los derechos de las mujeres informando sobre sus derechos. Específicamente hablamos de la libertad de expresión de las mujeres, la lucha por la igualdad y contra toda forma de violencia sexual. La asociación fue creada por mujeres del mundo del periodismo para ofrecer un espacio en el que poder denunciar y evidenciar la violencia sexual. En los medios de comunicación de República Democrática de Congo no había espacios para hablar en profundidad de esta lacra. La asociación pretende contribuir a la erradicación de la violencia contra las mujeres. Desde ella hacemos trabajo de campo, encuestas y grupos de discusión para poder analizar la situación y proponer soluciones.

A nivel internacional participo en redes de periodistas. Un grupo de mujeres periodistas de diferentes países crearon esta red con sede en Granada y trabajamos para dar voz a las mujeres del mundo, para visibilizar su situación y compartir experiencias que ayuden a encontrar maneras para poder incidir en la política a nivel mundial en beneficio de las mujeres. Somos todas mujeres, periodistas de zonas en conflicto -como por ejemplo Líbano o Irán- que tras participar en un taller organizado por la Universidad de Granada decidimos crear esta red en 2008 y nuestro objetivo es hacer saber cuál es la situación de las mujeres que viven en países azotados por conflictos.

¿Cuáles son las razones del conflicto en la República Democrática del Congo?

En Congo no podemos hablar de una única razón para explicar el conflicto. Por un lado existen las causas internas ligadas al orden político interno, a un gobierno que no busca el interés de la población y que ha creado grupos armados para asegurarse apoyos. Pero lo que más alimenta el conflicto sin duda son las causas externas: los minerales en conflicto. La explotación mineral y el interés económico internacional. Además la clase política congoleña se enriquece con el tráfico ilegal de estos minerales y si un medio de comunicación trata este tema pone en peligro la seguridad y la vida de sus periodistas. Todo está relacionado.

¿Por qué en medio de este escenario se convierte la mujer en arma de guerra?

Un arma se utiliza para matar. Cogemos un fusil para disparar y poner fin a la vida de alguien. En la guerra de Congo, cuando planificaron las estrategias a llevar adelante, se dieron cuenta que atacar a las mujeres ayudaría a ganar la guerra. La mujer en el Congo está en el centro de la vida comunitaria porque tiene en sus manos la economía informal. En África detrás de cada mujer puede haber 20 personas ya que dan a luz muchos hijos e hijas y con 55 años pueden ser abuelas. Así que los recursos de familias extensas dependen de una sola mujer. Por esa razón utilizan a las mujeres como arma de guerra, ya que si es torturada no podrá ir al campo, no podrá trabajar y toda su familia estará en peligro. Esta es la lógica de la guerra: en lugar de utilizar 40 balas, con un solo disparó se destruyen muchas vidas.

El hombre también depende de la mujer. Cuando se viola a la mujer, el hombre se queda hundido. La mujer es considerada sagrada en nuestra cultura y el hombre se identifica a través de su mujer. Cuando una mujer es objeto de violencia sexual, y es humillada, el hombre se viene abajo y es fácilmente manipulable.

¿Cuál es el papel de Radio Okapi en medio del conflicto?

Con Radio Okapi Naciones Unidas ha conseguido crear una radio de paz. En la historia de las Naciones Unidas intentaron en otras ocasiones crear una radio de paz en zonas de conflicto pero no lo consiguieron. En Congo sin embargo sí ha sido posible.

El único objetivo de esta emisora es la pacificación de la comunidad. Todo lo que hacemos a través de los programas que emitimos, ya sean de carácter cultural o político, e incluso otras emisiones más especializadas, como las médicas, giran alrededor de la paz. Radio Okapi se ha convertido en una corriente de transmisión e intercambio entre los órganos políticos y la comunidad. En Congo las autoridades políticas se consideran superiores y no hablan directamente con la población. Cuando la población tiene alguna cuestión a plantear a sus dirigentes Radio Okapi coge el testigo, hace suya esta cuestión y se dirige a las autoridades para que éstas respondan. Todo esto lo hacemos desde la imparcialidad asegurándonos que todas las partes puedan participar, incluso desde la oposición. Por este motivo es una emisora que todo el mundo sigue.

¿Habéis encontrado dificultades desde las instituciones?

Por supuesto. El Presidente de la República no hace balance ni da cuentas a la ciudadanía, el Parlamento no dialoga con el electorado, y los ministros no rinden cuentas a la población. Así que no es fácil para Radio Okapi ser corriente de transmisión, es muy complicado sobre todo porque tratamos temas que molestan. Les preguntamos por qué han votado un determinado presupuesto, pedimos balances… Pagamos impuestos pero no hay escuelas, ni agua, ni electricidad. En Radio Okapi recogemos las denuncias de la ciudadanía y vamos al terreno para comprobar cuál es la situación. Una vez verificadas las denuncias nos dirigimos a las autoridades y les hacemos llegar las quejas de la gente poniendo sobre la mesa la investigación realizada. Estos temas provocan enfados y como periodistas tenemos muchos problemas. Ya han asesinado a dos compañeras y yo misma he sido víctima de amenazas y he tenido que huir de mi país durante 3 meses.

Desde Europa tenemos una responsabilidad con el conflicto de la República Democrática de Congo. Como sociedad civil, ¿cuál debería ser nuestro papel en el conflicto?

En primer lugar la gente debería preguntarse de qué depende el desarrollo de Europa, de Occidente. Dónde obtienen los recursos para desarrollarse. Hay que preguntarse si es lícito que el desarrollo de unas sociedades se sustente sobre la desgracia y el expolio de otras. El desarrollo, la paz y la vida tranquila -incluso con las crisis estructurales y pequeños conflictos que a veces os afectan- son a costa de la estabilidad, la economía y el desarrollo de otras sociedades que sufren. Creo que es hora de devolver esa deuda a esos países con conflictos de los que Europa extrae sus recursos.

Por esa razón es necesario que la sociedad europea conozca esta realidad porque la información es una fuente de inspiración. Cuando la gente no es consciente de donde vienen sus privilegios consideran que son su derecho. Eso no funciona, tienen que saber que su estabilidad es a costa del sufrimiento ajeno. Las organizaciones como ALBOAN tienen que educar a la ciudadanía, tienen que seguir enseñando a la sociedad europea que si tienen teléfonos móviles es porque existe el coltán en algún sitio. Pedimos una educación ciudadana que haga que la la sociedad europea pueda tener un espíritu crítico. Hay que sensibilizar a la sociedad para que sea consciente de su deuda. No os podéis imaginar las condiciones de la gente que trabajan en las minas de coltán. No saben ni para qué sirve, dicen que son cosas de “la gente blanca”. No saben, los hemos vuelto ignorantes y mantenemos esa ignorancia porque así es más fácil sacarles de sus casas y llevarles a trabajar en condiciones de inseguridad, con grandes riesgos de desprendimientos, a muchos metros de profundidad.

¿Cómo esperas que sea el futuro de Radio Okapi? ¿Cómo esperas que sea el futuro en la República Democrática del Congo?

Con respecto a Radio Okapi siento miedo. Es una emisora que aporta muchas cosas buenas a la comunidad y que ha evitado nuevos enfrentamientos, pero actualmente está en peligro de desaparecer si no encontramos nuevas vías de financiación. Radio Okapi ha estado financiada por Naciones Unidas y este organismo se está retirando con lo que su continuidad está en peligro. La emisora necesita recursos para poder mantener su independencia informativa y no depender de ninguna fuerza política ya que mantiene el equilibrio entre política y vida social.

Con respecto a mi trabajo como activista en la Asociación de Mujeres periodistas del Sur de Kivu tengo más esperanzas porque tras años de trabajo veo por fin resultados como el proceso que se está siguiendo en el Parlamento Europeo y en el que ALBOAN participa junto con otras organizaciones a través de su campaña “Tecnología Libre de Conflicto”.

Recientemente he creado una fundación, la FTP, Fundación Pelagie Mugirwa, cuyo objetivo es proporcionar la máxima autonomía a las mujeres que han sufrido violencia sexual en RD Congo. La finalidad es que puedan quitarse el estigma de víctima y se conviertan en personas autónomas e independientes. Lo hacemos a través de microcréditos, de proyectos de agricultura, de pequeñas manufacturas para que puedan tener opciones y consigan la autonomía que les permita mantener a todas las personas que dependen de ellas.

Queda mucho por hacer. Necesitamos la ayuda y esfuerzo de la comunidad internacional, del trabajo que hace ALBOAN para darnos voz y para dar a conocer nuestra situación. Necesitamos equilibrio, para poder vencer esta guerra, que no es sólo una guerra física, sino moral en cierto sentido. Lo que queremos es que el Congo se desarrolle y para que esto ocurra hay que trabajar desde nuestro país y desde la comunidad internacional que es responsable directa del conflicto. La República Democrática del Congo tiene el subsuelo más rico del mundo, pero su gente no tienen lo necesario para una vida digna. Para conseguir que esto cambie, es necesario que Occidente también sea consciente y se haga cargo de sus responsabilidades.

Entrevista realizada por: Alboan

Enlace: https://www.tecnologialibredeconflicto.org/entrevista-a-caddy-adzuba/?fbclid=IwAR0DB_cwRMtIPWQigagfOLhyhDudzIs1HQIa8ggvJc-V1C-_wpxQLRHb25M

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