el DiarioSolidario
Toyi John, es alumna del colegio Umodzi Katubza en el campo de refugiados de Dzaleka en Malawi. Ella, ha sido uno de los 1.600 millones de alumnos de más de 190 países que se vieron afectados por el cierre de las instituciones educativas en el momento más álgido de la crisis sanitaria. Por suerte, pudo seguir con su educación a través de las clases de radio que todos los días se emitían en el campo. Toyi ya ha vuelto a las clases y está estudiando mucho pero algunas de sus compañeras “no han podido volver a clase debido a matrimonios o embarazos precoces en estos meses”.
Toyi John, comenta su experiencia educativa a través de la radio “me encantaron las clases por radio, era la única oportunidad que tenía para aprender. Ahora estoy de vuelta a clase, estudiando mucho para los exámenes, pero algunas de mis compañeras no han podido volver a clase, debido a matrimonios o embarazos precoces en estos meses. Las chicas necesitamos desesperadamente la educación. Nuestro lugar en el mundo ya no está más en la cocina. Y para tener voz, necesitamos educación. Empoderarnos significa educarnos.”
Según Unesco, el parón educativo ha supuesto un riesgo de retroceder 20 años en los avances logrados en pos de la educación de las niñas. Sin posibilidad de volver a la escuela, muchos menores han perdido su lugar seguro, la escuela y sin educación la vida se hace insostenible. Por este motivo, el proyecto Silla Roja de Entreculturas vuelve este año como símbolo de una educación de calidad para todas las personas. Un derecho más vigente que nunca y representando sobre todo a los menores más afectados por la Covid-19, que son los que ahora no pueden sentarse en ella.
Emergencia educativa
La campaña que la ONG ha lanzado dentro del proyecto educativo, “La Vida sin Educación no se sostiene”, va acompañada del Informe “La vuelta al cole. Un reto global a la sombra de la pandemia” para remarcar que los sistemas educativos deben construir una vuelta al cole que asegure que las desigualdades educativas y los problemas de aprendizaje que ya existían previos a la crisis no se perpetúen o empeoren.
“Esta es sin duda la mayor emergencia educativa global a la que, como humanidad, vamos a tener que hacer frente. La pandemia afecta especialmente a los más pobres entre los pobres. El cierre de escuelas agrava las desigualdades en la educación y les afecta y afectará de manera desproporcionada”, ha señalado el vicepresidente Ejecutivo de Entreculturas, Daniel Villanueva.
Impacto educativo
Se calcula que, a día de hoy, aún hay 1.000 millones de alumnos fuera de la escuela, el 60% de la población estudiantil a nivel mundial. Alrededor de 132 países todavía no han anunciado en qué fecha volverán a abrir sus escuelas. Mientras tanto, más de la mitad de la población estudiantil del mundo no tiene ordenador en casa y más de 700 millones no tienen internet. 369 millones de niños que necesitan comedores escolares tuvieron que buscar otras fuentes de nutrición diaria.
Si los países no se preparan adecuadamente, si no se prioriza a los colectivos que están en mayor desventaja y si la comunidad internacional no mejora la cooperación con países frágiles o empobrecidos, la crisis sanitaria agrandará la brecha educativa ya existente y se incumplirán los compromisos del derecho a la educación para todas las personas y con ellos una nueva brecha de injusticia se agrandará sin remedio. Hay que asegurar la continuidad en el sistema educativo desde la inclusión y la equidad ya que, según UNESCO, 24 millones de estudiantes podrían no volver a la escuela en 2020, de los cuales 11 millones son niñas.
Solidaridad global y educación
Desde Entreculturas piden que:
Asimismo, requieren que la cooperación española en educación esté orientada a garantizar el ODS 4 y, por lo tanto, que España:
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