el DiarioSolidario
Las ONG venían meses avisando. Una desgracia puede ocurrir en cualquier momento en el superpoblado campo de Moria, en Lesbos. Un centro que acoge a más de 12.000 refugiados – incluyendo más de 4000 niños y 407 menores no acompañados-, cuadruplicando su capacidad real.
El tristemente denominado mayor campo de acogida de Europa ardía en la transición del “día internacional de las personas cooperantes” al 9 de septiembre, un incendio que obligaba a huir a cientos de personas. Las llamas devoraban tiendas y contenedores, y destruían más de un tercio del campo. Afortunadamente, las primeras informaciones indican que no hay fallecidos, aunque sí personas que han debido de ser atendidas por inhalación de humos. Las autoridades, ONG y organizaciones internacionales trabajan ahora en reubicar a los migrantes.
Los motivos del incendio no son del todo claros. Varios medios e instituciones apuntan a que el primer foco se inició tras una protesta de alrededor de 30 refugiados a los que se les obligaba a aislarse tras detectarse casos de Covid-19. Posteriormente, según informan voluntarios y ONG, se iniciaron diferentes focos en varios lugares de Moria y en los alrededores, por lo que no se descarta la participación “externa”.
Absolute destruction at #Moria camp visible with the first ray of light this morning. Approx 12,000 people will have nowhere to sleep tonight, not even the frail tents they used to call home.
— 𝙺𝚘𝚜𝚝𝚊𝚜 𝙺𝚊𝚕𝚕𝚎𝚛𝚐𝚒𝚜 (@KallergisK) September 9, 2020
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Tensión
Alrededor de 25 bomberos y 10 camiones, ayudados por la policía, luchaban contra las llamas tanto dentro como fuera de las instalaciones. Un personal de emergencia que denuncia haber sido empujados por los migrantes durante sus esfuerzos por apagar el fuego. Asimismo, vecinos de la capital de la isla, Mitilene, bloquearon la carretera para obstaculizar el trabajo de los bomberos. Los residentes intentan evitar que lleguen los migrantes que se dirigían hacia la ciudad. ACNUR ha pedido tranquilidad y comprensión a ambas partes.
Una situación retroalimentada por el Covid-19. La semana se detectaba el primer caso en Moria. El martes los positivos ya ascendían a 36. El Gobierno heleno decretaba una estricta cuarentena en un campo donde es imposible mantener las distancias de seguridad, como denunciaban las ONG, y donde, recientemente, Médicos Sin Fronteras se veía obligado a cerrar el único centro de aislamiento de Covid-19 en Lesbos debido a las multas impuestas por el ejecutivo griego.
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