La primera Ley de Cambio Climático de España recorta los objetivos iniciales

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el DiarioSolidario

La primera Ley de Cambio Climático de España está a un paso de ver la luz, después de aprobar su tramitación el Congreso a través de la Comisión de Transición Ecológica y sin necesidad de ir al Pleno. Ahora será labor del Senado su procedimiento definitivo. Después de dos años de diligencia la satisfacción brotaba del lado de los partidos que han votado a su favor: PSOE, Podemos, Ciudadanos, ERC, Bildu, PNV y Teruel Existe; en parte de las formaciones que se han abstenido, el Partido Popular, y Más País-Equo – los primeros por miedo a votar en contra y los segundos por los objetivos poco valientes-, y nada que celebrar por parte de los negacioncitas de VOX, que se han posicionado en contra.

Como era de esperar, las ONG ecologistas han calificado la finalidad de la joven ley de insuficiente, descafeinada, además de no concretar medidas en sectores clave en la descarbonización.

Si se cumplen los objetivos de la Ley de Cambio Climático, que en materia de medioambiente suele ser bastante improbable, España deberá reducir un 23% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 con respecto a 1990 – este propósito se revisará al alza periódicamente, el primer análisis llegará en 2023-, y conseguir las emisiones netas para el 2050. Año donde también el 100% de la electricidad deberá proceder de fuentes renovables. Un tanto por ciento que se fija en un 74 para 20 años antes.

«No se puede pensar que con esta ley se han cumplido suficientemente los objetivos climáticos. La falta de acceso público a las negociaciones finales de las enmiendas de la ley genera que las organizaciones sociales y la ciudadanía tengan poca capacidad de influir para la mejora de los textos», Ecologistas en Acción.

Reducción 55% vs 23%

Greenpeace señala que este objetivo debería haberse elevado a al menos un 55% para garantizar que España cumple lo que le corresponde para contribuir, de acuerdo con su capacidad y responsabilidad, a limitar el calentamiento global a 1,5 ºC, según establece el Acuerdo de París, y ratificado por nuestro país. Por el mismo motivo, la organización considera que el objetivo de cero emisiones netas debería haberse adelantado a 2040 en vez de 2050.

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Por su parte, Ecologistas en Acción subraya que las organizaciones ambientales han reclamado a lo largo de estos meses un debate público sobre si esta normativa es suficiente para evitar un incremento de la temperatura global superior a 1,5 ºC y cumplir con ella el Acuerdo de París. A la luz de las indicaciones científicas esto no es así. Naciones Unidas cuantificaban en un 7,6 % anual el descenso de las emisiones hasta 2030, lo que debería llevar a una reducción de al menos el 55 % de las emisiones, y no del 23 % que propone la ley.

Más de dos planetas

Asimismo, Ecologistas en Acción advierte de que los borradores presentados tienen numerosas deficiencias, entre las que destacan los objetivos y la falta de medidas clave en sectores como el transporte, la agricultura o la industria. Así, en 2030 seguirán siendo necesarios más de dos planetas para abastecer la demanda energética.

«El primer país europeo en aprobar una ley de cambio climático fue Reino Unido en 2008».

Se debe remarcar que el transporte es la principal fuente de emisiones en el estado con un 30%, y al alza. Un sector que lleva años de retraso. El objetivo es conseguir en 2050 un parque de turismos y vehículos comerciales ligeros sin emisiones directas de CO₂. Para lograrlo, a partir de 2040, se prohibieran la venta de vehículos que emitan dióxido de carbono.

Lobby de los combustibles

En esta área, Greenpeace considera una cesión inadmisible ante el lobby de los combustibles fósiles que se permita el uso indiscriminado de “combustibles alternativos” en todo el sector transporte, gracias a un cambio de última hora en el artículo 11 que “nos aleja del 1,5º y abre la puerta a la promoción del gas fósil para el transporte por carretera. Este punto, que inicialmente pretendía dar una solución transitoria solo al sector aéreo, extiende el uso de determinados combustibles también a la automoción, demorando la necesaria electrificación del automóvil y reduciendo la disponibilidad de dichos combustibles alternativos.

Ecologistas en Acción considera muy preocupante que los cambios de última hora pueden rebajar la ya insuficiente ambición del texto. Esto ha quedado de manifiesto con la eliminación de la palabra “aéreo” del artículo 11 referido originalmente a medidas concretas sobre la aviación, que abre la posibilidad de seguir incluyendo como renovables en todo el transporte a biocombustibles y otros carburantes alternativos. “No es admisible que se le dé el mismo tratamiento a los combustibles destinados al transporte aéreo que los destinados al terrestre o marino”.

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