“La realidad es que hay más niños que mueren por falta de acceso a agua segura que por las balas”, Henrietta Fore

Unicef presenta el informe "Water under Fire" coincidiendo con el Día Mundial del Agua

Agua
Unicef/Souleiman

el DiarioSolidario

La falta de agua potable es mucho más mortífera para los niños que la propia guerra en más de una docena de países en conflicto. Principal conclusión del informe “Water under Fire” de Unicef que coincide con el Día Mundial del Agua.

Los niños menores de cinco años tienen, de media, 20 veces más probabilidades de morir a causa de enfermedades relacionadas con el agua insegura y el mal saneamiento, que debido a la guerra. Conclusión recogida en el estudio realizada por el organismo en 16 naciones.

«Las probabilidades ya están en contra de los niños que viven conflictos prolongados, y muchos no pueden llegar a una fuente de agua segura», ha afirmada la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore. «La realidad es que hay más niños que mueren por falta de acceso a agua segura que por las balas».

Más de 150.000 menores

Según el informe, cada año, 85.700 niños menores de 15 años mueren por diarrea relacionada con instalaciones de agua, saneamiento e higiene inseguras, en comparación con los 30.900 pequeños que fallecen en zonas de conflicto.

Del mismo modo, alrededor de 72.000 menores de cinco años mueren anualmente por enfermedades similares relacionadas con problemas de acceso al agua, mientras que 3.400 pierden la vida por la violencia causada por la guerra.

Para la realización del estudio, se han analizado datos de Afganistán, Burkina Faso, Camerún, República Centroafricana, Chad, República Democrática del Congo, Etiopía, Irak, Libia, Mali, Myanmar, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, Siria y Yemen. Asimismo, se han comparado las estimaciones de mortalidad de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para “violencia colectiva” y “enfermedad diarreica”.

Los niños «siempre más vulnerables»

En este momento hay más países involucrados en contiendas internas e internacionales que en ningún otro momento en los últimos 30 años. Su consecuencia directa es que cientos de millones de jóvenes se encuentran en peligro.

Los niños se enfrentan a una multitud de amenazas como la desnutrición, diarrea, fiebre tifoidea, cólera y la poliomielitis relacionadas con la falta de servicios de agua potable, saneamiento e higiene.

Niñas especialmente vulnerables

Las niñas pueden a ser víctimas de violencia sexual cuando recolectan agua o se aventuran a usar letrinas, afirman desde Unicef. Además, luchan por mantener su higiene menstrual y pierden clases durante el periodo, si sus escuelas no cuentan con instalaciones adecuadas de agua y saneamiento.

Otra consecuencia del conflicto armado es el acceso limitado a equipos y consumibles esenciales, como combustible o cloro. Equipamiento que pueden ser «agotados, racionados, desviados o bloqueados «, señaló la agencia a principios de este año.

«Con demasiada frecuencia, los servicios esenciales se niegan intencionalmente», según Unicef. Quien ha citado que los ataques a las redes de agua «cortan los servicios durante semanas, lo que obliga a los niños a buscar en temperaturas extremas».

Como ejemplo, durante una crisis en Aleppo en el verano de 2015, tres niños murieron mientras recolectaban agua para sus familias, se recoge en el informe.

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