Los organismos alimentarios de la ONU se comprometen a redoblar sus esfuerzos contra la pobreza y el hambre en el Sahel

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el DiarioSolidario

Ante los últimos datos que arrojan una cifra de 6 millones de personas que han padecido inseguridad alimentaria severa durante la actual temporada de carestía, los responsables de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y del Programa Mundial de Alimentos (PMA) se han comprometido a aumentar su apoyo a los esfuerzos regionales para abordar la grave situación de seguridad alimentaria y nutricional en el Sahel.

El Director General de la FAO, José Graziano da Silva, el Presidente del FIDA, Gilbert F. Houngbo y el Director Ejecutivo del PMA, David Beasley, asumieron este compromiso al concluir una visita de cuatro días a Níger que ha incluido reuniones con el Presidente nigerino, Mahamadou Issoufou, y el Primer Ministro, Brigi Rafini.

Visitaron varios proyectos donde la colaboración entre los organismos alimentarios de la Naciones Unidas, el Gobierno de Níger y otros socios ofrece nuevas oportunidades a la población para alimentar a sus familias y lograr medios de subsistencia más resilientes frente a los fenómenos meteorológicos extremos y otras emergencias.

«Trabajando en estrecha colaboración, la FAO, el FIDA y el PMA están logrando mejorar las vidas y el sustento de parte de la población más vulnerable de Níger. Nos esforzaremos por fortalecernos mutuamente y continuaremos colaborando con gobiernos, donantes y otros socios para intensificar nuestra labor en toda la región del Sahel y lograr el Hambre Cero», aseguró Graziano da Silva.

«Los eventos relacionados con el cambio climático y su impacto en la seguridad alimentaria de la población tienen un efecto dominó en la estabilidad general de la región», señaló Houngbo. «El FIDA -añadió- se compromete a trabajar junto con la FAO, el PMA y el Gobierno de Níger para reducir la brecha entre la ayuda humanitaria y la asistencia al desarrollo a largo plazo, de forma que los agricultores tengan mayor resiliencia ante las crisis y puedan acceder a alimentos nutritivos y mejorar sus ingresos de forma sostenible».

«Solo podemos esperar romper el ciclo de conflictos y hambre si trabajamos juntos, abordando cada desafío humanitario como una oportunidad para ayudar a desarrollar la economía y aumentar la estabilidad. En Níger y en todo el Sahel, eso es lo que nuestros tres organismos están haciendo -junto con socios nacionales como el Gobierno de Níger- y ya estamos viendo que se logran resultados», indicó por su parte Beasley.

En Níger -como en muchas partes del Sahel- la climatología adversa ha provocado sequías recurrentes, con un impacto devastador en la población ya vulnerable de la región, en particular la que depende de la producción agrícola y ganadera para su subsistencia y supervivencia.

Cuando la temporada de carestía en el Sahel -de junio a agosto- está a punto de terminar, las últimas estimaciones indican que casi 6 millones de personas habrán padecido inseguridad alimentaria severa en este período. De ellas, casi la mitad -2,7 millones de personas, son pastores o agropastoralistas. Se espera que hasta 1,6 millones de niños sufran malnutrición aguda severa.

Vincular la ayuda humanitaria y al desarrollo con la consolidación de la paz

El Sahel -cuya población de 140 millones se duplicará para 2050-, cuenta con una de las tasas de pobreza más altas del mundo. Este hecho, junto con los cambios en los patrones climáticos, supondrá una presión creciente sobre unos recursos naturales ya escasos y generará más conflictos, en especial entre los pastores y las comunidades dedicadas a la producción agrícola, y llevará a un aumento del número de personas que se ven obligadas a abandonar las áreas rurales.

En Níger, al igual que en otros países del Sahel, la FAO, el FIDA y el PMA se centran en abordar la pobreza, el subdesarrollo, los eventos climáticos y la migración, factores que han contribuido a la grave situación humanitaria y de seguridad de la región, que afecta en especial a mujeres y niñas.

Los proyectos en Dargue -en la región meridional de Maradi, en Níger-, son un ejemplo del trabajo de los tres organismos de la ONU que están logrando mejorar la situación. Las iniciativas -entre ellas un programa de rehabilitación de tierras, de sistemas de gestión hídrica y un mercado central-, ilustran el vínculo clave entre la ayuda humanitaria y la ayuda al desarrollo para la consolidación de la paz en la región.

Los nigerinos alimentan a los nigerinos

Graziano da Silva, Houngbo y Beasley subrayaron también la importancia de iniciativas lideradas por la comunidad y el gobierno, como «Les Nigériens nourissent les Nigériens» («Los nigerinos alimentan a los nigerinos») respaldadas por la FAO, el FIDA y el PMA junto con otros socios. Esta campaña -que pretende reducir la pobreza y aumentar la resiliencia frente a las crisis alimentarias-, busca aumentar la productividad de las tierras agrícolas y pastoriles, fortaleciendo la capacidad local con la introducción de mejores prácticas agrícolas y ganaderas y mejorando las infraestructuras, como carreteras, centros de salud y comedores escolares.

Fuente: FAO, FIDA, PMA

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