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Los escolares de los países de ingresos bajos y medios bajos han perdido casi cuatro meses de colegio desde el inicio de la pandemia, en comparación con las seis semanas en las naciones de rentas altas, según el informe ¿Qué hemos aprendido?, respuestas nacionales en educación durante la Covid-19. Un documento que ha dado respuesta a la pérdida de aprendizaje; el apoyo a la enseñanza a distancia para estudiantes, padres y maestros; los planes de reapertura de escuelas; los protocolos de salud; y la financiación.
El trabajo por la UNESCO, el Unicef y el Banco Mundial revela que los estudiantes menos favorecidos han contado con menos probabilidades de acceder a la enseñanza a distancia. Este formato educativo no cuenta como días oficiales y la supervisión de los profesores sólo se cumple en un 75% de los casos. Los estudiantes con alguna discapacidad no han contado con apoyo en uno de cada tres países pobres.
Asimismo, una de cada cuatro escuelas no ha fijado una fecha de reapertura. Por su parte, los jóvenes que retornan tienen más probabilidades de contar con recursos insuficientes para medidas de seguridad como instalaciones para el lavado de manos, distanciamiento social y equipos de protección.
Aprendizaje durante la pandemia
De los 79 países de 150 que respondieron a las preguntas relacionadas con la financiación, casi el 20% ya ha experimentado o prevé reducciones en el presupuesto de educación de su país para el ejercicio económico actual o el próximo. En comparación con casi el 40% de los países de ingresos bajos y medios bajos.
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Incluso antes de la pandemia, el aprendizaje de los niños estaba en crisis. La mitad de los menores de 10 años de edad en países de ingresos medios y bajos no podían comprender una frase simple escrita. Más de 250 millones de pequeños estaban sin escolarizar, cifra que probablemente puede aumentar hasta alcanzar los 24 millones como consecuencia de la pandemia. Los escolares de hoy en día podrían perder 8.567 millones de euros en ingresos durante su vida laboral.
“Antes de la pandemia nos preocupaba la pobreza de aprendizaje y también la desigualdad en las oportunidades de aprendizaje. Ahora, la línea de base del aprendizaje es más baja, pero un aumento en la desigualdad de oportunidades podría ser catastrófico. La tarea de reanimar el proceso de aprendizaje es sumamente urgente”, dijo el director de Educación del Banco Mundial, Jaime Saavedra.
El lado positivo
En el lado positivo, más de un 66% de los países han reabierto total o parcialmente sus escuelas. En el confinamiento destacar que casi todos los países incluyeron enseñanza a distancia a través de plataformas online con móviles y a precio de acceso a internet subvencionado o reducido, o con programas de aprendizaje en televisión y radio.
El 60% de los estados analizados, han proporcionado materiales para ayudar a orientar a los padres en el estudio en el hogar, mientras que sólo un 40% han ofrecido asesoramiento psicosocial a los niños y a los cuidadores durante el cierre de las escuelas. Los esfuerzos fueron más comunes entre los países de altos ingresos y en entornos en los que ya se disponía de recursos.
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