Nuevas rutas y peligros para refugiados y migrantes que desean llegar a Europa

Refugiados a bordo de un barco de la guardia italiana | Vania Turner

el DiarioSolidario

El informe Desperate Journeys, elaborado por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR, refleja cambios en el patrón de los movimientos y advierte que, a pesar del descenso de refugiados e migrantes que llegaron a Europa el año pasado, los peligros que enfrentan en el camino han aumentado en algunos de los casos.

España, Grecia e Italia

El número total de muertes en el Mediterráneo se ha mantenido muy por debajo de los niveles de 2016, sin embargo, ha habido un aumento de las llegadas a España y Grecia en la última parte de 2017. El año pasado, España fue testigo de un aumento del 101 por ciento en comparación con 2016, con un total de 28.000 nuevas llegadas. Los primeros meses de 2018 muestran una tendencia similar, con las llegadas aumentando en un 13 por ciento en comparación con 2017. Marroquíes y argelinos se han convertido en las dos principales nacionalidades, aunque el grupo más numeroso en cruzar las fronteras terrestres españolas continúa siendo el sirio.

En Grecia, las entradas por mar disminuyeron en comparación con 2016, observando un aumento del 33 por ciento entre mayo y diciembre del año pasado con 24.600 llegadas. La mayoría proceden de Siria, Irak y Afganistán. ACNUR denuncia que los solicitantes de asilo que llegan por mar a Grecia se enfrentan a largas estancias en condiciones de hacinamiento y pésimas condiciones en las islas griegas.

Las llegadas a las costas italianas, principalmente desde Libia, se han reducido drásticamente desde julio de 2017. Esta disminución ha continuado en los primeros tres meses de 2018, con un descenso del 74 por ciento en comparación con el año pasado. Este descenso está vinculado al aumento de la peligrosidad del trayecto, donde la tasa de mortalidad entre los que cruzan desde Libia creció de 1 por cada 14 en el primer trimestre de este año, en comparación con 1 por cada 29 personas en el mismo período de 2017. El informe advierte de un deterioro preocupante de la salud de las personas recién llegadas de Libia en los últimos meses, con un mayor número de personas que llegan extremadamente débiles, delgadas y en condiciones de salud generalmente deficientes.

Nuevas rutas y peligros

Debido a las mayores restricciones adoptadas por Hungría sobre la entrada a su país, muchos refugiados y migrantes recurren a rutas alternativas para moverse por Europa. Por ejemplo, algunos cruzan desde Serbia a Rumania, mientras que otros se trasladan de Grecia a Croacia a través de Albania, Montenegro y Bosnia-Herzegovina.

Los viajes a través de Europa para refugiados y migrantes siguen cargados de peligros. Se cree, que más de 3.100 personas perdieron la vida en el mar el año pasado y más de quinientas han muerto o han desaparecido desde principios de este año.

La directora de la Oficina de Europa de ACNUR, Pascale Moreu, manifestó recientemente que «El acceso al territorio y a los procedimientos de asilo rápidos, justos y eficientes para las personas que buscan protección internacional es vital. Gestionar las fronteras y ofrecer protección a los refugiados de conformidad con las obligaciones internacionales de los Estados no son mutuamente excluyentes ni incompatibles«.

El informe también hace hincapié en los abusos y extorsiones sufridos por refugiados y migrantes a manos de traficantes, contrabandistas y grupos armados. Las mujeres, especialmente las que viajan solas, y los niños no acompañados, siguen estando particularmente expuestos a los riesgos de violencia sexual y de género en las rutas hacia Europa, y también ya dentro del propio continente.

El año pasado, más de 17.000 niños no acompañados llegaron a Europa. La mayoría de ellos llegaron a Italia por mar, siendo el 13 por ciento de todas las llegadas menores que viajaban por su cuenta, una tendencia similar a la de 2016.

Progresos

El informe de ACNUR muestra algunos datos positivos en la cantidad de personas reasentadas en Europa en 2017, con un aumento del 54 por ciento respecto de 2016. La mayoría de estos 26.400 refugiados eran sirios – 84% -, y fueron realojados en Turquía, Líbano y Jordania. En Europa, Reino Unido, Suecia y Alemania son quienes recibieron mayor número.

Otra buena noticia fueron las evacuaciones. A finales del año pasado, ACNUR comenzó a facilitar la evacuación de refugiados vulnerables de Libia a Níger, y de Libia a Italia. Aún así, como manifestó la directora de la Oficina de Europa de ACNUR, Pascale Moreua, «Siguen existiendo obstáculos importantes que limitan el acceso a vías seguras y legales, incluida la reunificación familiar, para las personas que necesitan protección internacional».

Por último, el informe también proporciona recomendaciones adicionales relacionadas con la necesidad de aumentar la solidaridad entre los Estados de Europa y los países de primer asilo y tránsito, con el objetivo de mejorar la calidad de la acogida, especialmente para los niños no acompañados, separados y sobrevivientes de violencia sexual y de género.

Descarga del informe: Desperaty Journeys. Enero 2017 – Marzo 2018

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