La India se esfuerza en mejorar la situación de los refugiados tibetanos

Cerca de cumplir 70 años desde que el presidente chino Mao Zedong invadiera el Tíbet, la crisis de refugiados tibetanos continúa siendo uno de los problemas regionales más importantes en el sur de Asia.

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el DiarioSolidario

La población refugiada tibetana  se enfrenta a diario con las dificultades que gobiernos chino e indio les imponen. Por ser exiliados, carecen de los derechos de propiedad y ciudadanía. Además, la mayoría son considerados apátridas para la India y no ´refugiados´ para China. Por si fuera poco, la preservación de su cultura y lengua son cada día más difíciles de mantener por la presión que ambos gobiernos sostienen sobre ellos.

Afortunadamente, los países de destino de la población tibetana se muestran receptivos, incluido la India. No recurren a la práctica de devolución. Su disposición a cooperar y colaborar han paliado en gran medida los graves problemas a los que otras poblaciones refugiadas tienen que enfrentarse.

Mejoras

El gobierno indio ha venido invirtiendo grandes cantidades de dinero en las escuelas para reforzar el derecho de los refugiados a una educación de calidad, logrando que para ellos sea gratuita. A nivel institucional, la India también ha mostrado su apoyo a Tíbet con gestos simbólicos y a través de fondos destinados al Comité Central de Ayuda del Tíbet del Dalai, como hizo en 2015, cuando le entregó más de 300 millones de euros.

Los tribunales indios también están fallando en la mejora de su situación. El Tribunal Superior de Delhi declaró recientemente que los refugiados tibetanos nacidos en la India entre enero de 1950 y julio de 1987, recibirían la ciudadanía. A nivel práctico, esto significa disponer de un pasaporte indio, permitiéndoles viajar con mayor facilidad.

Demandas actuales

Actualmente, los dos mayores problemas de la población refugiada tibetana son mantener su cultura y mejorar su bienestar. Para lo primero, organismos internacionales y entidades de la cooperación internacional tienen puesto en marcha proyectos que promueven la identidad cultural y lingüística a través de materiales y programas educativos adaptados a ellos. Un ejemplo de esto, es el internado construido en las montañas del norte de la India, dotado con una biblioteca completa de libros tibetanos con el objetivo de acercarles a los tiempos de hoy, sin perder su herencia pasada.

El bienestar social es una demanda que están exigiendo en todos los países de acogida. Piden un mayor progreso social, accediendo al mercado laboral y mejorando el uso de servicios financieros. Conscientes de esta realidad, las órdenes judiciales de estos países están dirigiéndose hace la Política de Rehabilitación Tibetana de 2014, especialmente en India. Esta política de rehabilitación se basa en tres líneas fundamentales, promover la educación, construir una firme cultura de democracia y preparar el camino para que los tibetanos no dependan de la ayuda externa.

Como resumen, podríamos decir que si bien es cierto que existen deficiencias en las políticas de exilio de los países que acogen a la población tibetana refugiada, la actitud mostrada por ellos nos lleva a pensar que con voluntad y cooperación  pueden encontrarse más facilmente soluciones.

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