el DiarioSolidario
Entrevista con el coordinador de salud mental de Médicos del Mundo, Ricardo Angora.
Este estado de alarma es una situación nueva para la sociedad española. Desde tu experiencia trabajando en salud mental en epidemias, ¿qué nos pueda ayudar a mantener la calma estas semanas?
Mantener la calma y el control emocional. Esto nos permite actuar sin cometer errores. Para no aumentar la alarma y angustia, tenemos que evitar los rumores y la información sesgada.
Para sentirnos seguros, tenemos que seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias para prevenir la transmisión de la infección. Estrechar las relaciones con nuestros seres queridos nos hará sentirnos protegidos y apoyados.
Mantener el autocuidado nos hará estar preparados para hacer frente a contingencias.
¿Cómo se tolera la frustración de tener que detener nuestras vidas?
Las personas somos capaces de adaptarnos a situaciones difíciles cuando existe un objetivo claro como en este caso, que es mantener un bien esencial como nuestra salud y cuidar de la de nuestros seres queridos, así como contribuir a la comunidad, sobre todo apoyando a las personas más vulnerables.
Necesitamos a los demás
¿Cómo tomar consciencia de que es una responsabilidad y deber común?
Siendo conscientes de que para vivir necesitamos a los demás. La capacidad y el desarrollo de las personas se basa en la cohesión y fuerza de la comunidad. Actuar en común aumenta nuestra eficacia si se hace de una forma coordinada.
Debemos ocuparnos de mantener nuestra salud extremando las medidas de prevención y manteniendo la corresponsabilidad social.
¿En quién nos apoyamos?
En nuestras familias, amistades y entorno. Ellos nos van a proporcionar comprensión, apoyo y ayuda directa y próxima. Podemos hacerlo de forma directa o a través de la red. Compartir con nuestros conciudadanos nuestras experiencias nos ayudará, debemos buscar el apoyo de lo que os hace sentirnos mejor.
¿Es bueno ocupar la cabeza en otras cosas estos días?
Hay que realizar tareas cotidianas y en muchas ocasiones la tecnología nos permite hacerlo a través de internet. Además de tareas productivas, es recomendable mantener contacto regular con nuestras amistades, compañeros de trabajo y resto de familia a través de redes sociales. También dedicar tiempo a nuestros intereses como escuchar música, leer, dibujar, pintar, dar seguimiento a actividades culturales a través de la red, etc. Y por supuesto dedicar tiempo al ocio: escuchar música, bailar, cantar, juegos de mesa que sean creativos, etc.
Algo que también puede ayudar desde un principio es establecer reglas de convivencia en la casa para toda la toda la familia, vigentes durante el periodo de confinamiento. Por ejemplo, el uso del lavabo, de la cocina, de los electrodomésticos, de los alimentos, de los espacios comunes.
Vida organizada
Estos días nos puede costar desarrollar labores cotidianas como realizar trabajo adecuadamente o tener problemas para conciliar el sueño
Hay que organizarse. Una vida organizada mantiene nuestra mente estable.
Además, hay que interesarse por la situación de nuestros vecinos más vulnerables -personas ancianas, solas y aisladas en cuarentena- y echarles una mano con la compra. Esto mantendrá nuestra sensación de ser productivos y eficaces.
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¿Nos afecta la sobreinformación?
Mantenernos informados es bueno y en esta
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¿Cómo nos puede afectar a la salud mental la
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Además, hay que ser conscientes de que, dentro de esta crisis mundial, ocupamos un lugar privilegiado. Estamos pasando una epidemia en un lugar organizado, con recursos, pero hay millones de personas que han pasado otras más letales, como el ébola, sin apenas medios sanitarios y con estados de gran fragilidad. Dentro de nuestro propio país, hay entre 30.000 y 40.000 personas sin hogar que sí que van a tener dificultades muy serias para sobrevivir a este momento.
¿Cómo manejamos nuestras expectativas?
Es aconsejable establecer unos plazos para no generar incertidumbre que puede conllevarnos a ansiedad. Es probable que la situación se alargue en el tiempo por lo que hay que pensar como en una carrera de fondo, intentar planificarla por etapas y mantener el ritmo.
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