el DiarioSolidario
Las veinticinco organizaciones que conforman la alianza Más Sanidad Pública y Universal ponen en marcha la campaña ‘Dar la cara por la Sanidad’. Una acción donde cuatro protagonistas reales ponen nombre y rostro a profesionales y pacientes víctimas de la Covid-19. Además de exigir a los representantes políticos que les miren a la cara y les expliquen por qué no han puesto en marcha acciones que amortigüen los efectos de esta segunda fase de la crisis”.
Los protagonistas son personas como María José, cuyo padre de 91 años contrajo la enfermedad el pasado mes de marzo. Al llamar al hospital, le advirtieron de que estaban desbordados y su padre no quiso ir por miedo a morir solo. Finalmente, falleció en casa sin que llegaran a hacerle un test para confirmar el diagnóstico y sin recibir la máquina de oxígeno que le habían prometido desde el centro hospitalario.
Esther, enfermera. Durante la primera ola trabajó en un gimnasio habilitado con camas para pacientes con Covid-19 porque no había sitio en las UCI, con la única protección de trajes improvisados con bolsas de basura. En la segunda ola vuelve a estar en primera línea, y observa cómo se extingue la moral de sus compañeros y la suya propia por la falta de personal, recursos y material.
Una experiencia muy similar a la de Elena, médico especializada en enfermedades tropicales, que recuerda la incertidumbre ante la llegada de los primeros pacientes de Covid-19 a su hospital. En ese momento sin protocolos ni conocimiento suficiente sobre el virus. Así como las jornadas maratonianas sin descansar más de cuatro horas seguidas. Ahora, “la desconfianza en la gestión política y el hartazgo es total”, asegura.
El último protagonista es Orquídeo, que perdió su empleo en la hostelería, se contagió y debido a sus patologías previas acabó en la UCI. Ahora, a pesar de haberse recuperado, espera en una lista por una operación del corazón que no parece llegar.
Inacción y cambios insuficientes
«La inacción de los poderes públicos, incapaces de adoptar las medidas necesarias para hacer frente al virus, les convierte en responsables de la situación que vivimos en la actualidad», aseguran desde la Más Sanidad.
Los presupuestos generales, que estos días se negocian en el Congreso de los Diputados, recogen tímidos avances en materia sanitaria, según la alianza, todavía siguen siendo insuficientes. Un ejemplo del paso hacia adelante es el aumento de la partida de Sanidad que irá destinado a materias clave, como el refuerzo de la atención primaria con 1.089 millones de euros; la adquisición de vacunas frente a la Covid-19, a la que se destinan 1.011 millones; o la renovación de las tecnologías sanitarias, que contará con 400 millones de euros.
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Las nuevas partidas e inversiones suponen sólo un incremento de 64 euros por habitante al año en gasto sanitario, muy lejos de los 1.000 euros que viene reclamando la alianza. Una cifra, recuerdan las organizaciones, que situaría a España en la media de los países del entorno y que ayudaría a recuperar una sanidad pública de calidad.
Autonomías y distribución de fondos
La alianza reclama que en la partida que el Estado transfiere a las comunidades autónomas y que supone más del 80% del gasto público total, se establezcan mecanismos de financiación finalista que garanticen que los nuevos fondos van destinados a las áreas clave. En la actualidad, el destino de estas partidas es responsabilidad de los gobiernos regionales a través de los presupuestos autonómicos, mecanismo que puede generar “una desigualdad enorme entre las comunidades en función de cómo decidan distribuirlas cada una de ellas”, enfatizan desde la alianza.
Asimismo, las organizaciones respaldan la exención de los copagos a nuevos colectivos de personas vulnerables, ya que acabar con esta barrera disminuirá significativamente el número de pacientes que no pueden acceder a sus medicamentos por problemas económicos.
Por último, Más Sanidad pide la urgente reforma de la política farmacéutica y de medidas que aseguren el blindaje frente a las privatizaciones y una potenciación real de la Atención Primaria. Solo así, concluyen, “podremos acabar con los problemas estructurales que afectan a la sanidad española y hacer frente a esta y a futuras pandemias”.
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