el DiarioSolidario
Un golpe de mar en un embravecido mar Cantábrico ha obligado al Aita Mari a posponer su misión humanitaria en el Mediterráneo Central hasta enero. La ONG Salvamento Marítimo Humanitario se ha visto forzada a tomar esta decisión debido a las heridas sufridas y el riesgo de infección en una mano de su capitán debido a una ola de tres metros. El barco tomó rumbo a Santander donde el oficial fue atendido en un centro médico.
“Aunque el suceso no fue grave, nos ha hecho perder demasiado tiempo: en caso de continuar, la tripulación pasaría casi tres meses a bordo del Aita Mari, con el desgaste físico y mental que eso implica”, aseguraba la ONG en un comunicado.
El jueves, ya con otro capitán a bordo, el Aita Mari pondrá rumbo a Burela, en Galicia. La intención es continuar travesía el lunes 21 de diciembre de madrugada a Burriana, en Castellón. La tripulación retornará entonces a casa para Año Nuevo. El 26 ó 27 de enero esperan zarpar a la zona SAR, para completar durante un mes su misión humanitaria.
“A pesar de que se ha valorado la opción de reemplazar al tripulante herido y continuar la singladura, la misión humanitaria de nuestro buque exige una determinada preparación y conocimientos previos que no todo el personal del mar posee. De esta manera, en enero volveremos con todas las garantías a la frontera más mortífera del mundo para defender los derechos de las personas que migran”.
Un viaje del Aita Mari lleno de adversidades
El buque de Salvamento Marítimo Humanitario partía el 2 de diciembre desde el puerto de Pasaia Donibane a Bilbao después de pasar los últimos cinco meses amarrado acometiendo las mejoras exigidas por Italia, con un coste de 33.000 euros, y volver a recibir el permiso de Fomento. El día 8, tras superar el primer temporal en el puerto vizcaíno, el Aita Mari ponía rumbo a Oporto, hasta que ocurrió el citado accidente.