Necesarios 62 millones de euros para proteger a refugiadas rohinyás privadas de asistencia vital

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Foto: Olivia Headon|OIM

el DiarioSolidario

Oxfam ha informado que las mujeres rohinyás que viven en Bangladesh están desarrollando problemas de salud, se ven privadas de asistencia vital y se enfrentan a un mayor riesgo de sufrir abusos debido a la falta de seguridad e inadecuación de las instalaciones de la mayor parte de los campos de refugiados.

La organización internacional ha instado a que el 15 % de la nueva financiación se reserve a programas humanitarios diseñados para proporcionar una mayor asistencia a las mujeres y las niñas. Esto incluiría 62 millones de euros de la contribución de casi 430 millones de euros que ha prometido recientemente el Banco Mundial. En la actualidad, no existe una partida presupuestaria independiente dentro de la respuesta general de emergencia para responder a las necesidades específicas de las mujeres.

El Gobierno de Bangladesh y las organizaciones humanitarias han proporcionado ayuda de emergencia a más de 700.000 refugiados y refugiadas rohinyás llegados al país durante el año pasado. No obstante, la velocidad con la que se ha desplegado el mayor campo de refugiados del mundo ha comprometido la calidad de la asistencia.

Más de un tercio de las mujeres a las que Oxfam y sus organizaciones socias han entrevistado afirman no sentirse seguras o cómodas yendo a recoger agua o utilizando los inodoros y cabinas de ducha de los campos, ya que muchas de estas instalaciones carecen de techo y cerrojo. El 50 % de las mujeres y el 75 % de las adolescentes admitieron no disponer de los recursos de higiene femenina necesarios, incluidas instalaciones de acceso exclusivo para mujeres donde poder lavar toallas sanitarias en privado.

Como resultado, las mujeres consumen menos alimentos y agua para reducir la frecuencia con la que visitan el baño y, como consecuencia, sufren dolores abdominales e infecciones porque no hacen sus necesidades con la frecuencia adecuada o por el uso de toallas sanitarias antihigiénicas, y optan por hacer sus necesidades cerca de sus tiendas, lo que a su vez incrementa el riesgo de que se produzcan brotes graves de enfermedades, especialmente durante los monzones.

Unas instalaciones inadecuadas también incrementan el riesgo de sufrir acoso y abuso sexuales. Cada semana se reportan cientos de incidentes de violencia de género.

Dorothy Sang, responsable de Oxfam de Incidencia Política en Cox’s Bazar, ha explicado: «La velocidad vertiginosa con la que se ha desarrollado la crisis de refugiados rohinyás ha llevado a levantar apresuradamente un gran número de instalaciones de emergencia sin tener en cuenta las necesidades específicas de las mujeres, y ahora las mujeres y las niñas están pagando las consecuencias, ya que su bienestar y seguridad se ven comprometidos”.

“Deben adoptarse urgentemente medidas para subsanar esta situación asignando sumas importantes a la asistencia y la protección de las mujeres rohinyás, como alumbrado para mejorar la seguridad, inodoros y aseos que garanticen la privacidad, y asistencia adicional para las personas más vulnerables».

En los campos rohinyás, una de cada seis familias está encabezada por mujeres con hijos cuyos maridos se encuentran desaparecidos o han fallecido. Estas mujeres se enfrentan a problemas particulares, como tener que asumir roles públicos que contradicen las creencias religiosas y culturales sobre el lugar que deben ocupar las mujeres en la sociedad. Oxfam insta a que se tomen más medidas para prestar apoyo a estas mujeres en situación de vulnerabilidad, como asistencia para recoger los paquetes de ayuda y el fomento del diálogo en la comunidad sobre los roles tradicionales de los hombres y de las mujeres.

Oxfam trabaja con organizaciones locales y personas refugiadas para adaptar su respuesta humanitaria y proporcionar un apoyo más eficaz a las mujeres y las niñas. Esto incluye la instalación de alumbrado por energía solar en vías y caminos, la distribución de lámparas solares portátiles, encuentros de mujeres para debatir problemas como la seguridad y el matrimonio precoz, trabajo comunitario para abordar la violencia contra las mujeres, y la colaboración con personas refugiadas en el diseño de nuevas instalaciones sanitarias con características como puertas con cerrojo, estantes para que la ropa no se manche de barro, y cortinas para garantizar la privacidad.

Sang ha añadido: «Habría que elogiar al Gobierno de Bangladesh por permitir que el pueblo rohinyá busque refugio en Cox’s Bazar. Nos sumamos a él y a otras partes para instar a Myanmar a que aborde las políticas discriminatorias que constituyen la causa subyacente de esta crisis«.

Cerca de un millón de rohinyás han buscado refugio en Bangladesh desde el inicio de una campaña militar en Myanmar en su contra, que ha sido descrita por responsables de Naciones Unidas como una «limpieza étnica».

Fuente: OXFAM

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