La OMS decreta el final del undécimo brote de ébola en el Congo

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Tela de plástico separa a una madre de su hijo en un centro para tratar el ébola en Beni, en la provincia de Kivu del Norte, República Democrática del Congo | Unicef | Thomas Nybo (Archivo)

el DiarioSolidario

El undécimo brote de ébola en la República Democrática del Congo ha terminado, ha declarado este miércoles la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Salud del país africano. La epidemia comenzó a principios de junio en el noroeste del estado, en la provincia de Ecuador, y contagió a 130 personas, causando la muerte de 55 de ellas. Los primeros casos se registraron en la ciudad de Mbandaka, antes de que comenzaran a aparecer pequeños focos en los distritos más periféricos. Desde entonces, el brote ha ido avanzando a un ritmo lento.

El director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha afirmado que se trata de “un gran logro que demuestra que juntos podemos superar cualquier desafío sanitario”. El brote ha concluido después de que transcurrieran 42 días desde que el último paciente positivo diese por primera vez negativo. Además de no contabilizarse nuevos casos desde entonces.

La respuesta al ébola se centró en gran parte en la vacunación de más de 40.000 personas en alto riesgo de contraer la enfermedad y, según explicó en un comunicado la agencia de la ONU, ésta podría ser una lección para las estrategias de combate al Covid-19.

Vacunación, inmunidad y tecnología

En Ecuador, la acción se basó en vacunar a las personas que tuvieron contacto directo o indirecto con los enfermos, pero en las zonas rurales y escasamente pobladas suele ser más conveniente y eficaz vacunar a toda la comunidad, lo que da como resultado un mayor nivel de protección de facto. Después de algunos retrasos, los nuevos tratamientos también se han implementado en los centros de salud, ha asegurado el responsable de las actividades contra el ébola de Médicos Sin Fronteras en el país, el doctor Guyguy Manangama.

Asimismo, el profesional sanitario ha lanzado una hipótesis sobre la posible inmunidad de la población tras el menor impacto del virus  en los oriundos de Ecuador, zona que ya se vio afectada por el noveno brote del ébola. El facultativo determina que  “una posible explicación es que existe algún tipo de inmunidad natural entre las personas en la provincia de Ecuador, ya que esta región ha experimentado brotes de Ébola antes, más recientemente en 2018. Los reservorios del virus están tradicionalmente presentes allí. Entonces, es posible que algunas personas hayan experimentado una exposición de bajo nivel al virus antes y puedan ser inmunes de alguna manera”.

Al igual que las posibles vacunas contra el Covid-19, la inmunización contra el ébola debe mantenerse a muy baja temperatura para que no pierda sus propiedades, aseguran desde la ONU. Los profesionales sanitarios emplearon en este undécimo brote, un almacenamiento en cadena de frío para mantener la vacuna a temperaturas  que alcanzaban los – 80 grados centígrados hasta una semana.

Ciencia, solidaridad y buena relación

La respuesta a ambas enfermedades implica identificar, aislar, comprobar y tratar cada caso, así como rastrear sin descanso los contactos. La innovadora respuesta al ébola incluyó congeladores ARKTEK especiales que pueden almacenar vacunas en el terreno, permitiendo que los trabajadores de salud vacunen a las personas en áreas sin electricidad.

En este sentido, la directora regional de la Organización Mundial de la Salud  para África, Matshidiso Moeti, consideró que haber superado uno de los patógenos más peligrosos en comunidades remotas y de difícil acceso muestra lo que se puede hacer cuando la ciencia y la solidaridad se unen.

“La tecnología utilizada para mantener la vacuna contra el ébola a temperaturas extremadamente frías será útil cuando se transporte una vacuna Covid-19 a África. Frenar el ébola en medio de la pandemia del coronavirus no ha sido fácil, pero gran parte de la experiencia que hemos adquirido en una enfermedad se puede transferir a la otra y subraya la importancia de invertir en la preparación para emergencias y el desarrollo de la capacidad local”, enfatizó la doctora Matshidiso Moeti.

En Ecuador, continúa el doctor Guyguy Manangama, de Médicos sin Fronteras, la buena relación entre el personal sanitario y la población local también se puede atribuir al nuevo enfoque adoptado por la respuesta, que se basa en el empoderamiento de las microestructuras descentralizadas para la atención del ébola en los centros y trabajadores sanitarios locales, cercanos a los pacientes y las comunidades. De esta manera, se limita el uso de grandes instalaciones centralizadas y personal importado. En resumen, apoyamos a la red de salud local para identificar, aislar y tratar a los pacientes, minimizando la necesidad de un sistema paralelo.

Ébola, un virus letal

El virus del ébola se descubrió por primera vez en 1976 y el peor brote ocurrió de 2014 a 2016. El resultado de esa epidemia fueron 11.300 decesos, también propició el desarrollo de una vacuna altamente eficaz y de varios tratamientos para la enfermedad.

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Por su parte, las autoridades del país declararon el pasado 25 de junio el fin de la décima epidemia. La ya tristemente bautizada como la peor de la República Democrática del Congo, afectó desde el 1 de agosto de 2018 a las provincias del noreste del país (Kivu del Norte, Kivu del Sur e Ituri). El balance ascendió a 3.463 casos, 2.280 fallecidos y 1.171 supervivientes, según las cifras emitidas por la OMS.

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