Una salud mental debilitada y su impacto en la sociedad del Covid-19

Salud mental

el DiarioSolidario

La salud mental no es solamente la ausencia de afecciones o enfermedades, sino un estado de completo bienestar físico, mental y social. Pero ¿es realmente fácil, tenemos los recursos humanos y económicos suficientes para dar la importancia que se merece a la salud mental? La respuesta es no, hace falta un mayor acceso y una mayor inversión en servicios de salud mental, en España y en el resto del mundo, como recuerda la Organización Mundial de la Salud (OMS) este año por el Día Internacional de la Salud Mental.

Según el Organismo de salud, una persona se suicida cada 40 segundos y cerca de 1000 millones de personas viven con un trastorno mental. A este escenario sumamos ahora las repercusiones adicionales que para miles de millones de personas de todo el mundo está teniendo la Covid-19.

Los países gastan de promedio solo el 2% de sus presupuestos sanitarios en salud mental. El informe Headway 2020 señala que España cuenta con cinco psiquiatras y menos de diez enfermeros especializados en la materia por cada 100.000 habitantes. El país tiene una falta crónica de inversión en la promoción, prevención y atención desde hace muchos años antes de la pandemia. Médicos del Mundo cree prioritario una mayor inversión y un mayor acceso a servicios de salud mental y exige más recursos económicos y humanos para dar una respuesta de calidad.

La salud mental de los sanitarios

“Nuestros cuidadores también necesitan cuidados, su salud mental es la salud de todos. Con esta pandemia les hemos puesto el disfraz de superhéroes para camuflar su agotamiento e incertidumbre y la fragilidad de una gestión política y sanitaria que les exigía dar más de lo que se puede dar con los pies descalzos”, remarcan desde Médicos del Mundo.

Los profesionales estamos afectados por la sobrecarga asistencial. No podemos hacer nuestro trabajo como nos gustaría. Además, por teléfono no puedes valorar a los pacientes igual, te genera mucha incertidumbre”, explica la médica de familia y voluntaria de la ONG, Teresa G. de Herreros.

Según la comunidad autónoma, las consejerías de salud han puesto o no a disposición del personal sanitario servicios de apoyo. En España hay contextos muy complejos como el de Canarias, donde a la presión asistencial y la Covid-19, se suma el impacto emocional de la llegada de inmigrantes en cayucos.

“Genera estrés emocional no poder atenderlos en lugares con unas mínimas garantías. Hay personas que llegan en muy malas condiciones y el equipo vuelve derrotado”, señala, la coordinadora de la intervención domiciliaria y de centros de toma de muestras en Gran Canaria y también voluntaria de Médicos del Mundo, Pino González.

Y es que los profesionales sanitarios llevan a sus espaldas su incertidumbre y la de sus pacientes. “En las consultas, aunque no acudan por ese motivo, en cuanto exploras un poco en la situación del paciente ves que la Covid ha deteriorado su salud mental por muchos motivos. Por ejemplo, la población mayor lleva mucho tiempo sin salir, con miedo y sin relacionarse con su familia, y eso les pasa factura en su proceso cognitivo. No tienen estímulos y puede verse un deterioro”, añade Teresa G. de Herreros.

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Por la Covid o por la situación derivada de ella, nuestra salud mental se está viendo seriamente afectada y es necesario rescatarla, apostar por ella y poder cuidar dignamente de todas las personas, tanto sanitarios como el resto de la población.

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