el DiarioSolidario
La distancia social, la limitación de encuentros en grupos, el confinamiento, estados de alarma; un Covid-19 que no sólo afecta a la salud de las personas, sino también a la de las organizaciones sociales.
La ONG Madre Coraje ha lanzado un llamamiento de socorro en busca de voluntarios en su campaña ‘No hay excusas, haz voluntariado’. El objetivo es recuperar la actividad diezmada debido a la pandemia. La organización trabaja para acabar con las desigualdades y la injusticia colaborando con comunidades empobrecidas de Perú y Mozambique a través de la ayuda humanitaria y proyectos para el desarrollo. En España se centran en la educación para el desarrollo y la acción social en actividades como la, reutilización de prendas evitando más residuos, huertos solidarios para comedores sociales, entre otros.
En sus 25 años, el voluntariado es el combustible que impulsa a Madre Coraje. Por este motivo, un grupo de voluntarias y voluntarios de las diferentes sedes de la ONG han protagonizado un vídeo donde animan a la ciudadanía a dedicar parte de su tiempo a labores en las que Madre Coraje requiere ayuda, como por ejemplo, el funcionamiento de sus tiendas y la organización de materiales. (Oportunidades de voluntario)
Implicación de personas solidarias
“Durante los meses de confinamiento, Madre Coraje no ha cesado sus acciones pero, evidentemente, con ritmos diferentes debido, sobre todo, a no poder contar con el voluntariado, alma y sentido de Madre Coraje”, explica la responsable de Voluntariado de la asociación, Isabel Palma. Por ello, Madre Coraje lanza este vídeo en el que una representación de su voluntariado pide la colaboración y la implicación de personas solidarias.
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Madre Coraje comenzó su andadura tras un viaje que realizó el fundador, Antonio Gómez, a Perú. El presidente honorífico se “topó” con la dura realidad de “niños piraña” que rebuscaban en la basura para subsistir. Desde ese momento, Madre Coraje trabaja por mejorar las vidas de las personas.
El nombre de la organización es un homenaje a la memoria de María Elena Moyano, luchadora social peruana, dirigente vecinal y feminista, asesinada en Lima por el grupo terrorista Sendero Luminoso en 1992, a la edad de 33 años. Madre de dos niños de 10 y 8 años, fue capaz de construir de la nada iniciativas autogestionarias para conseguir alimentos, generar empleo y vivienda digna para los más necesitados, y luchó contra el analfabetismo y la violencia hacia las mujeres.
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