Asociación Profesional de Cooperantes (APC)
El 8 de septiembre se celebra en España el día de las personas cooperantes. Una fecha dedicada por nuestro país desde 2006 a reconocer esta labor que actualmente desempeñamos más de 2.800 españoles y españolas.
En el plano internacional, queremos este año sumarnos a las voces que piden mayor solidaridad y esfuerzo para que todas las personas del mundo puedan acceder a la vacuna contra el coronavirus. Se trata de una lucha en la que todos los países tenemos mucho que perder si no logramos la inmunidad de grupo a nivel global. En el acceso a la salud —como en el resto de bienes públicos globales— la mejora de la situación de cada territorio beneficia al resto del mundo. La pandemia de Covid-19 reafirma una vez más la interdependencia global existente, así como la urgencia de cooperación internacional para el desarrollo para impulsar la salud universal, enfrentar la emergencia climática y defender los derechos humanos.
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Trato justo
Es también este un año para reclamar mayor seguridad jurídica y el derecho a un trato justo para las personas cooperantes en todo el mundo. Expresamos nuestro reconocimiento especial para nuestra compañera María Hernández, cooperante de Médicos Sin Fronteras (MSF), asesinada en Etiopía en junio pasado junto a dos de sus compañeros en la región de Tigray. Exigimos que este crimen no quede impune. No toleramos tampoco la vulneración del derecho de defensa de nuestra compañera Juana Ruiz, trabajadora humanitaria detenida en Israel, ni la indefensión en la que se encuentran las ONGD en Nicaragua a las que se ha retirado la personalidad jurídica.
Denunciamos los ataques de algunos Estados contra las ONGD como forma de obstaculizar la labor de defensa de los derechos humanos que realizan las personas cooperantes.
La Asociación Profesional de Cooperantes (ACP) como colectivo cooperante español denunciamos en este día, como en años anteriores, el abismo que aún existe entre el reconocimiento a nuestra labor que expresan instituciones y medios de comunicación, y la realidad y precariedad en la cual llevamos a cabo nuestro quehacer profesional.
Este año queremos redoblar nuestros esfuerzos, y solicitar la máxima entrega por parte del resto de agentes e instituciones involucradas, para impulsar la reforma de la Cooperación Española puesta en marcha. Una reforma que, como venimos reivindicando hace años, debe ser valiente y no temer remover los pilares de un sistema que se muestra ya obsoleto, caduco e ineficiente con los tiempos que corren. Esta refundación del sistema público de cooperación debe quedar libre de hipotecas a intereses partidarios, económicos, así como corporativos. Escuchar las voces de quienes conocemos bien las tripas de este sistema es imprescindible para asegurar el éxito de la reforma.
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