Roberto Vallejo López
Estamos dando la espalda a la humanidad, basándonos en un discurso extremista y xenófobo que ha servido de rampa de despegue para varios partidos de ultraderecha en países como Italia, Francia, Austria, Hungría…
Una vez más, lo que debería ser excepción en la Europa de los derechos y libertades vuelve a convertirse en algo rutinario. Me parece increíble estar escribiendo esto pero: ya a nadie le sorprenden las decisiones de esta Europa que lleva diciendo no a los refugiados mucho tiempo.
El rumbo ideológico que estamos tomando augura que el Aquarius se convertirá en rutinaria, el cual portaba más de 600 personas migrantes, pero sobre todo personas, con todo lo que eso implica, con todos los derechos que Europa les niega, que les negamos.
Porque no nos olvidemos. Europa viola sistemáticamente las normas establecidas, los derechos humanos y toda aquella legislación que ponga en jaque nuestro estado de bienestar. Europa considera como “seguros” a estados como Libia o Turquía, históricamente reconocidos por las violaciones sistemáticas de derechos que acontecen en su territorio. Europa no realiza entrevistas individuales a las personas que llegan a sus costas para reconocer su estatus de refugiado, o precisamente por eso, para no reconocerlo.
A priori lo que se avecinaba como un partido de tenis humanitario entre Italia y Malta, que podía haber costado muchas vidas, ha sido “salvado” en el último minuto por el estado español.
¿Propaganda disfrazada de solidaridad?
¿Hasta qué punto ha sido un acto de solidaridad del estado español? ¿Hasta qué punto ha sido un acto propagandístico del nuevo gobierno?
No nos engañemos. Esto no es un hecho aislado. Volverá a ocurrir, habrá más Aquarius, habrá más dramas humanitarios y habrá más cierres de los puertos de estados vecinos. ¿Estará entonces España dispuesta a abrir sus puertos y puertas?
La respuesta no se puede aclarar, aunque si intuir, otear en el horizonte.
No nos engañemos, somos un Estado xenófobo, no sólo por las reacciones de la gente en estos últimos días, las cuales son de una bajeza moral indescriptible, sino también por cómo actuamos en nuestra frontera sur.
No debemos mentirnos, España es alumno aventajado de la Unión Europea (UE), nuestra política de inmigración ha inspirado a la UE, somos sus pioneros.
Y, además de no poder olvidar que hemos sido condenados en numerosas ocasiones por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la última en octubre del pasado año, por nuestras actuaciones en Ceuta y Melilla.
¡Ojalá todo cambie!. Ojalá España sea pionera en solidaridad.
Como decía Jordi Évole en Twitter: “Igual también era esto la Marca España… Ojalá no se quede en anécdota”
¡Ojalá!
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Estos días he sentido vergüenza al ver la cantidad de gente que no desea que desembarquen en España. Empiezo a creer que los que estamos a favor somos minoría.