Infancia, situación límite en Myanmar

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Fuerzas de seguridad de Myanmar | Imagen de archivo

el DiarioSolidario

Los derechos de los niños en Myanmar se enfrentan a una situación extrema que corre el riesgo de dejar dañada a toda una generación, ha advertido el Comité de Derechos del Niño, (CDN), de la ONU. 75 niños han sido asesinados, y alrededor de 1.000 detenidos arbitrariamente desde el golpe de estado en el país de febrero. Desde el Comité temen que a “muchos más menores se les ha privado de atención médica y educación esenciales”, según información verificada obtenida por la institución.

«Los niños de Myanmar están asediados y se enfrentan a una pérdida de vidas catastrófica a causa del golpe militar», declaró la presidenta del Comité de Derechos del Niño, (CDN), Mikiko Otani. El Comité supervisa el cumplimiento de la Convención sobre los Derechos del Niño por parte de los Estados Partes. Myanmar se adhirió a la Convención en 1991.

El ente ha condenado enérgicamente el asesinato de niños por parte de la junta y la policía. Menores asesinados en sus propios hogares, como una niña de seis años en la ciudad de Mandalay, que recibió un disparo en el estómago por parte de la policía y murió en brazos de su padre.

Detención arbitraria de menores

El Comité de los Derechos del Niño también ha lamentado la detención arbitraria de niños en comisarías, prisiones y centros de detención militares. Al parecer, las autoridades militares han tomado a los infantes como rehenes cuando no pueden detener a sus padres. Entre los detenidos se encuentra una niña de cinco años de la región de Mandalay cuyo padre ayudó a organizar protestas contra la junta.

«Los niños están expuestos a la violencia indiscriminada, a los disparos al azar y a las detenciones arbitrarias todos los días. Les apuntan con armas, y ven cómo les ocurre lo mismo a sus padres y hermanos», advirtió Otani.

La Oficina de Derechos Humanos de la ONU ha recibido informes creíbles sobre hospitales, escuelas e instituciones religiosas ocupados por las fuerzas de seguridad y posteriormente dañados en acciones militares. Según UNICEF, un millón de niños de Myanmar carecen de vacunas esenciales. Más de 40.000 niños ya no reciben tratamiento para la desnutrición aguda grave.

«Como resultado del golpe militar y de los conflictos, el derecho de los niños a la vida, a la supervivencia y al desarrollo se violan repetidamente», dijo Otani.

«Si esta crisis continúa, toda una generación de niños corre el riesgo de sufrir profundas consecuencias físicas, psicológicas, emocionales, educativas y económicas, privándoles de un futuro saludable y productivo».

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