el DiarioSolidario
Un puesto con productos de segunda mano en el mercado callejero barcelonés ‘Fleadonia’ en pleno diciembre pasa, naturalmente, desapercibido ya que se integra naturalmente en el espacio. La eclosión de sentimientos y sensaciones ocurren cuando los clientes descubren que los productos que están curioseando cuentan historias reales de refugiados que trataban de llegar a Europa.
“Me dio escalofríos porque es enfrentarse a una realidad que uno se olvida que existe”, afirma en el vídeo una de las clientas que se vio sorprendida por lo que encontró. “Es una vergüenza que Europa deje morir a esta gente en el Mediterráneo”, sentencia otro cliente.
El experimento social, que provocó reacciones naturales y emotivas grabadas recogidas en un vídeo difundido por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en su campaña «Segunda Vida».
El espacio estaba compuesto por material que emplean migrantes y refugiados en su búsqueda de una nueva oportunidad. Ropa como el que llevaba el pequeño Aylan, chupetes, maletas – replicas empleadas por familias refugiadas-, pulseras como las de las niñas que son obligadas a casarse con hombres mucho mayores que ellas, salvavidas, barcas hinchables, llaves, mantas, dibujos, móviles… En los últimos cinco años, más de 2.000 personas han fallecido tratando de llegar a España.
Los clientes se acercaban al puesto atraídos por estos artículos y por una vendedora que les invitaba a leer las etiquetas junto a fotos reales que narraban las odiseas diarias de personas que buscan refugio en todo el mundo.
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“Muchas veces tenemos que recordar que detrás de las frías cifras hay personas. Con esta acción pretendemos que cualquiera se pueda poner en el lugar de las personas refugiadas a través de objetos familiares y cotidianos”, explica la directora general de CEAR, Estrella Galán.
La tienda de las ‘segundas vidas’
La organización también ha presentado la tienda online ‘Segunda Vida’. La web simula una plataforma de comercio electrónico en la que los usuarios pueden ver los precios de los objetos, leer sus etiquetas y finalmente realizar una compra ficticia con la cual se invita a colaborar para dar una segunda vida a las personas atendidas por la organización que tratan de comenzar de nuevo en España.
El objetivo es que cualquier persona pueda experimentar las sensaciones que tuvieron los clientes que aparecen en el vídeo.
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